La tensión subió enteros ayer en el enclave de Osetia del Sur. La Policía disparó al aire ante una manifestación opositora que reclamaba su victoria en las presidenciales sobre el candidato oficial del Kremlin.

La opositora Alla Djioeva, que venció el domingo frente al oficialista Anatoli Bibilov, congregó a miles de sus partidarios que marcharon por las calles de la capital, Tsjinvali, antes de dirigirse a la sede de la Presidencia y de la Comisión Electoral.

La Policía que custodiaba las sedes disparó al aire para frenar la marcha, multitudinaria si tenemos en cuenta que la región cuenta con una población de decenas de miles de personas.

Djioeva, cuya victoria fue anulada el martes, ha creado un «Consejo de Estado» con otros seis candidatos opositores, un ente «que funcionará hasta que se cree el nuevo gobierno legítimo», anunció en declaraciones a la agencia local RES.

El papel de Rusia

La opositora fue recibida brevemente por la embajada de Rusia pero el Kremlin salió ayer al rescate de su candidato. El Ministerio de Exteriores instó «a todas las fuerzas políticas a respetar las decisiones legales tomadas por las más altas autoridades» de Osetia del Sur, lo que significa su aval a la suspensión de las elecciones y a la convocatoria de una nueva cita electoral.

La Comisión Electoral anunció, tras el recuento de 74 de los 85 colegios electorales, que Djioeva superaba de largo a Bibilov, pero este último acudió a los tribunales logrando que anularan el escrutinio.

Las nuevas elecciones han sido fijadas el 25 de marzo y se ha prohibido presentarse a Djioeva. El presidente saliente y adalid de Bibilov, Eduard Kokoity, seguirá en el cargo.

El fiscal general sudoseta, Eldar Kokoev, acusó a la rival opositora de actuar desde la ilegalidad y de promover una «revolución de colores» como las que a principios de 200o forzaron cambios de régimen en Serbia y en Georgia.

El FSB (KGB) de la región parecía limitarse a contemporizar mientras la líder opositora aseguraba contrar con el apoyo de muchos responsables policiales.

«No impediremos acciones pacíficas, pero nos veremos obligados a intervenir en caso de amenazas para la seguridad pública o de infracciones manifiestas de la legalidad», advirtió.

La líder opositora ha hecho campaña acusando al régimen de desviar la ayuda de Rusia al enclave. Y es que Djioeva es una ferviente partidaria de Rusia, dispone de la nacionalidad rusa y es contraria a la absorción del enclave independentista por Georgia. «Espero que el presidente (ruso Dimitri) Medvedev y el primer ministro (Vladimir) Putin sean informados de lo que está ocurriendo realmente en Osetia del Sur», señaló.

El enclave está bajo la tutela de Rusia después de la guerra ruso-georgiana de los Cinco Días de agosto de 2008. Junto con el enclave de Abjasia, es independiente de facto desde el conflicto armado que surgió contra Georgia tras el estallido de la URSS en los años 90.