Cualquiera podría pensar que la mejor manera de encontrar respuestas es la de hacer preguntas a aquel que las tiene. Según los comunicados colgados en las webs de Aspe y Asegarce, por cierto, publicados después de que la Diputación de Bizkaia saltara la liebre, fue la LEP.M y su juez único de competición, Borja Osés, quien tomó la decisión de posponer la disputa de la final del Cuatro y Medio, por lo que podría ser un buen intermediario para trasladar todas esas dudas que al pelotazale se le remueven en su cabeza. Inténtenlo.

Al margen del mencionado Osés, busquen una sede del estamento a la que remitir sus cartas, una web o un correo electrónico al que trasladar sus quejas, un teléfono o el nombre de algún miembro de esa Liga de empresas a la que trasladarle su sugerencia para evitarnos todos estos líos en el futuro. Les advierto de que es casi tan complicado como tratar de encontrar a alguien en esos edificios de oficinas de sociedades en Gibraltar o cualquier otro tipo de paraíso fiscal.

Quizá, con un poco de suerte y a base de insistir, podrían tener suerte. No obstante, si sus reglamentos tienen la vigencia de la publicidad que inunda nuestros buzones -salvo en el caso de Barriola, que se quedó sin final del Parejas por una lectura estricta del mismo y sin la del Cuatro y Medio por no mantener ese mismo respeto a su redacción-, si la decisión de aplazar o no una de sus tres grandes citas depende de si la Diputación accede o no, si las resoluciones valen igual sin ir acompañadas del pertinente parte médico -seguimos sin saber el estado actual del dedo de Aimar-, si cada tres meses estamos igual... ¿merece la pena intentarlo?¿Existe verdaderamente la LEP.M? ¿Vale para algo? ¿Hay alguien ahí?