Sariak
«Conocí el bloque y descubrí que era lo que necesitaba»
Este bilbaíno especialista en la escalada en bloque se ha convertido en una de las referencias principales de Euskal Herria y del Estado español. En tres años de práctica, Díaz ya ha llegado hasta el 8b+. Pero no solo aprieta, sino también sabe crear propuestas muy duras. En la siguiente entrevista concedida a GARA, este bloquero nos habla de su gran pasión.
Andoni ARABAOLAZA
A pesar de que en la actualidad eres un especialista del bloque, empiezas en la deportiva con 20 años de la mano de Ander Gardeazabal. ¿Háblame de ese comienzo en la escalada?
Me faltaban un par de meses para cumplir 21 años, y estaba en el gimnasio preparando la nueva temporada de todo: natación, ciclismo, triatlón… Casualmente habían abierto un rocódromo en la instalación contigua. Entré, miré, probé y ahí me quedé, olvidándome así de los demás deportes. Después, conocí a Ander que me intentó asesorar en cómo funcionaba esto de la escalada. Siempre he sido bastante bala y empecé a entenderlo a mi manera, a base de palos. Entre los palos y los asesoramientos telefónicos de Ander fui aprendiendo este nuevo mundo.
Le pillas el gustillo a esto de la escalada, y enseguida encadenas vías duras: en año y medio haces 8c ensayados, octavos a vista y en dos meses más hasta 8b de bloque. ¿Te sorprendió todo eso? ¿A qué piensas que se debió?
En ese momento no me sorprendió porque realmente no sabía lo que estaba haciendo. Ahora que soy consciente, como es un nivel superado, tampoco me parece que fuera gran cosa. Sé que a la gente le sorprende una progresión tan rápida, pero llevo 22 años haciendo deporte –sea cual sea- diariamente y no lo veo como algo excepcional. Lo veo como algo normal que siempre he visto y me han enseñado en casa.
A diferencia de ahora, en aquéllos tiempos eras más deportivo que bloquero. ¿Por qué te pilló más la deportiva que el bloque? ¿Te iba mejor la transferencia de la deportiva al bloque, que al revés?
Empecé con la deportiva porque en Euskal Herria –por razones obvias de la geografía- existe la tradición y la cultura de la cuerda por encima de la del bloque. No hacía búlder porque, sabiendo que existía, no lo conocía, y como no tenía cultura de ello tampoco me llamaba. Ahora que lo conozco, no hay marcha atrás.
Como decía, ya para el 2008 tenías algunos 8c´s ensayados y otros octavos a vista. ¿Cuáles destacarías?
Recuerdo que me hizo ilusión hacerme “Ras” 8c en Baltzola en dos días o llegar en Valdegovía a la cadena de “Kroma Presas” 8a/+ a vista. Me llenó el logro en sí. Hoy, en cambio, pienso en estas dos vías y no me dicen nada, es un sentimiento vacío. Por eso, lo que destacaría son todos aquellos momentos –la mayoría viajes- que por aquel entonces sin saberlo estaban formándome como persona.
Justo al principio de tu tercera temporada, en el 2009, sufriste un accidente con la cuerda (te rompiste piernas, tobillo, culo...). Te recuperas en parte, pero dejas la deportiva para centrarte en el bloque. ¿Por qué?
En realidad, vuelvo a la deportiva para quitarme “HonkyTonky” 8c en Oñati y “Baltzolita” 8c en Baltzola. Un año después, no sé qué había cambiado en mí, pero no me llenaron nada. Me aburría desde asegurar hasta reposar en cantos. Pensé que era normal después de tanto tiempo, pero pronto me di cuenta que mi inquietud había cambiado. Necesitaba algo más. Conocí el bloque y descubrí que era lo que necesitaba: escalar cómo y cuándo quería, sin ataduras de ningún tipo, sin depender de nadie y sin que nadie dependiese de mí, podías escalar de noche como de día, te relacionabas y compartías más en un par de horas que con la cuerda en todo un año… Era perfecto, hoy sigue siéndolo y por eso, aquí me quedo.
Antes decía que Gardeazabal fue quien te metió en el mundo de la escalada, pero es Iker Arroitajauregi el que marca tu etapa bloquera cuando te haces un viaje con él. ¿Qué te ha supuesto conocer a este especial gran especialista bloquero?
Es una persona muy reservada y no me gustaría extenderme hablando sobre él. Sólo diré que es el “sensei” en esto. Existe mucha gente fuerte en el mundo de la vertical, pero muy pocos buenos escaladores. Y él, es el mejor que conozco.
Este verano te has hecho en Hoyamoros con propia "cosecha". Limpias, abres y haces la primera de "Indartsu" a la que propones 8b/+. También "Vandrea" (8a+), "Zapaburu" (8a)... ¿Qué ha supuesto "Indartsu" en tu esta corta trayectoria de bloquero?
A supuesto ayudar a enriquecer una zona. Nunca podré devolver a esta zona lo que me ha dado, pero tenía y tengo todavía la obligación moral de aportarle todo lo que pueda. También en estas aperturas existe un toque de egoísmo. Una vez encadenados los clásicos me quedé sin mucho por hacer y tuve en cierta manera que descubrir para mantener la motivación.
Y hace escasas fechas, en 10 días, te "comes" un 8b+ (Hay que masticar antes de tragar "bas" en Baltzola) y dos 8b´s (Solaris plus en Baltzola y Wild Wild West en La Pedriza). ¿En qué momento crees que te encuentras?
No creo que me encuentre en ningún momento en especial. Sí que es verdad que a nivel de número estoy encadenando cosas más duras, pero lo achaco a una progresión lógica. Unido por supuesto a actitud y ganas, que son el pilar en esto de la roca.
¿Ves cerca tu primer 8c? ¿Vas a por ello?
No sé si está cerca o lejos, no es una cosa que me plantee. Te mentiría si dijese que si veo una línea increíble y además de ese grado no iría a por él, pero no es una cosa que esté ansioso por conseguir.
Te caracterizas por tener una fuerza descomunal. ¿Priorizas bloques de ese estilo o crees más adecuado pulir aspectos en los que puedes fallar?
No priorizo nada, escalo donde estoy y lo que veo que me gusta. Tengo por muchos el “San Benito” de burro que escala sin pies a base de fuerza, pero esto hoy ya no es verdad. Este año he hecho octavos de bloque en once escuelas diferentes: Fontainebleau, Magic Wood, Albarracín, La Pedriza… y en rocas diferentes: gneis, arenisca, granito, caliza, rodeno… es imposible sin técnica subirte por sitios tan dispares. Evidentemente, hay sitios que se te dan mejor que otros y por supuesto que se me da mejor una escalada física que una placa tumbada pedrizera.
A tus 25 años ya conoces muchas zonas bloqueras. Por el momento, ¿con cuál te quedarías?
¿A quién quieres más: a tu madre o a tu padre? Imposible quedarme con una, dos o tres.
Ahora que parece que empieza el frío, ¿qué objetivos te marcas para este invierno?
La zona centro: Escorial, Zarzalejo, Pedriza, Castillo de Bayuela… Apenas lo conozco, y tener a menos de cuatro horas el mayor potencial de la península y no ir es un atropello. También tengo en casa un proyecto que será lo más duro de Baltzola, y creo que apunto; sin embargo, no voy a sacrificar los viajes por hacerlo. Tampoco planifico las cosas demasiado, las inquietudes y motivaciones me varían constantemente y me gusta que las cosas surjan.
Y la competición, ¿cómo la ves? ¿Te llama?
No creo que merezca la pena escalar para competir, creo que merece la pena escalar para compartir. Te haces más mayor y te das cuenta que no tienes que ganar nada ni a nadie para tu realización personal. Concentraciones de amigos como la de Azpeitia me parecen muy productivas, no existe ese sentimiento de ganar o perder, el objetivo es otro, y eso me gusta. Y estas concentraciones ya serían increíbles si no se hiciera un pódium final, o que al pódium subiéramos todos. Creo que esta es la esencia de la pasión que nos envuelve a todos.
Aquí, en Euskal Herria, junto a los hermanos Mendieta y algún otro eres de las figuras más destacadas. ¿Cómo ves el nivel y el ambiente del aquí?
No existe un nivel tan alto por metro cuadrado en ningún lugar del mundo. Para ponerte un par de ejemplos, en mi barrio –apenas en una calle de 200 metros- existen nueve ochocégradistas o más. O te vas a un pueblo relativamente pequeño como es Arrasate y su periferia y te encuentras con que esa proporción se triplica. Luego, toda esta gente es genéticamente muy fuerte, con lo que en bloque pasa exactamente igual. Y lo mejor de todo esto, no es el nivel físico que se encuentra, si no el ambiente tranquilo, sano, coherente, lógico y respetuoso que se disfruta acorde con esta actividad.