Las empresas familiares suponen un importante impulso en la economía de la CAV. Los datos lo confirman, ya que el 70% del tejido empresarial de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa es de carácter familiar, generando en torno al 80% de los puestos de trabajo. Sin embargo, este tipo de empresas tiene habitualmente problemas de sucesión, es decir, el relevo generacional es el factor que cojea en el afianzamiento del futuro de estas entidades. Para debatir sobre este tema y compartir experiencias y preocupaciones, el Foro de Empresa Familiar de las Cámaras Vascas reunió la semana pasada a 200 empresas familiares de la CAV.

«Redescubrir los valores de la Empresa Familiar» fue el título del IV foro de empresas familiares celebrado en la Cámara de Comercio de Gipuzkoa, y que tuvo como principal objetivo estudiar los caminos para atraer a las nuevas generaciones a coger las riendas del negocio familiar. Según los datos aportados por el propio foro, sólo el 34,5% de las empresas familiares vascas cuenta con un sucesor identificado. Además, el 36% de las empresas que actualmente están en proceso de cambio generacional, no tiene identificado al sucesor y el 68,7% no tiene definido ni instrumentalizado en un documento formal el proceso de sucesión. Además, con un ciclo de vida de unos 24 años, sólo un tercio de las empresas llega a la segunda generación.

Ana Ugalde, una de las organizadoras del foro, explicó que durante este año el tema de la sucesión es el que más se ha trabajado y por ello decidieron llevarlo a la asamblea de las empresas familiares. Para impulsar la mejoría en este ámbito y con el objetivo de funcionar como guía, el Foro de Empresas Familiares ha publicado el libro «Gestionar la Nueva Generación en las Empresas Familiares».

«Es una realidad que hoy día las nuevas generaciones están reacias a seguir con la empresa familiar», afirma Ugalde. Añadió que el foro trabaja para incrementar el porcentaje de nuevas generaciones que se muestre dispuesta a seguir con el negocio, pues consideran que hoy en día ese porcentaje es muy bajo.

Ugalde recalcó que la situación de las empresas familiares, al igual que el contexto global de todas las empresas, actualmente, es complicada. No obstante afirmó que los negocios familiares «tienen una serie de valores que hace que se vayan a mantener de una manera menos dificultosa que otras empresas». Explicó que el apoyo que se da en el seno de la empresa familiar es precisamente lo que hace que perdure más fácilmente. Por ello, subrayó la importancia de mantener y transmitir a las nuevas generaciones «ese espíritu emprendedor que hace que el primer empresario constituya la empresa» para conseguir así que los negocios familiares se mantengan.

«Empresa humanizada»

El foro contó también con la presencia de dos ponentes que desde su propia experiencia trataron de descubrir las claves para que las empresas familiares perduren con éxito. Salvador García y Antxon Arza compartieron con los 200 empresarios que acudieron al foro innovadores puntos vista para revitalizar los negocios familiares.

«¿Cabe el amor en la empresa?». Con esta pregunta comenzó García su ponencia. Aunque a primera vista la cuestión pueda parecer inapropiada para el ámbito empresarial, García quiso destacar así la importancia de los valores para desarrollar y dirigir una «empresa humanizada». Afirmó que estamos ante el «agotamiento del modelo económico y empresarial actual, basado en el poder y el dinero» e hizo un llamamiento a aplicar «auténticos valores humanos en el mundo de la empresa».

García defendió que tomando como punto de partida el compromiso, la participación y el liderazgo, la empresa desarrolla tres tipos de valores: económico, emocional y ético. En este sentido defendió que hay que pasar de la «dirección por objetivos a la dirección por valores».

Arza, deportista de alto riesgo y empresario de informática y divulgación, hizo hincapié en las ventajas de emprender, que afirmó, son muchas. «Cuando una persona crea su propia empresa es más libre, y la libertad es un veneno que cuando se prueba crea adicción», afirmó.

Innovación, información, cohesión, implicación, motivación y superación personal son para Arza conceptos imprescindibles para adaptarse a los cambios del mercado y perdurar en él. Conceptos que quiso hacer llegar a aquellas familias empresarias que luchan día a día por salir adelante manteniendo la esencia que les vio nacer.