Amaia EREÑAGA

Dejarse llevar por el hambre de conocer nuestro pasado puede derivar en el sorprendente descubrimiento de que hay mucho y muy interesante publicado... y en un serio dolor de espalda, ante el peso acumulado al cargar con tanto libro. La oferta, incluso circunscribiéndonos a las novedades publicadas por las editoriales este año, es amplísima. Sin duda, todo lo referido al reino navarro es uno de los ganchos principales, debido, es evidente, a la conmemoración el próximo año del quinto centenario de la conquista castellana de Nafarroa en 1512. Casi todas las editoriales incluyen títulos sobre el particular, generalmente ensayos, aunque hay también cómics con mucho tirón y de lo más vistosos, como los publicados por el viñetista de esta casa, Tasio («Euskal herriaren historia nafarra», Nabarralde), o el ilustrador Martintxo («1512. Nafarroa, el sueño roto», Elkar).

La ilustración ha entrado con fuerza este año. Al stand de Erein acababa de llegar «1512. In Memoriam», la novela ilustrada que le ha supuesto cuatro años de su vida a Juan Luis Landa, quien suele poner imágenes de las historias de Toti Martínez de Lezea. Todavía únicamente en versión en castellano, aunque esperaban la llegada inminente desde la imprenta de la de euskara, Landa apuntaba ayer que ha buscado narrar de forma novelada la historia de la conquista sin fallar a la fiabilidad histórica. Todo ello con coloridas ilustraciones a toda página.

Para q uienes prefieran ensayos más «serios» -sin desmerecer a los cómics y a la ficción-, Txertoa y Nabarralde presentan una recopilación de las ponencias del reciente II Congreso de Historiadores de Navarra bajo el título de «1512. Los territorios vascos y el Estado navarro». Con otro planteamiento, en Txertoa también se puede encontrar «El testamento. Cómo zanjó Castilla la cuestión sobre la legitimidad de la conquista de Navarra», donde el historiador Iñigo Bolinaga intenta explicar de forma didáctica las razones estratégicas que justificaron la conquista de 1512. En Pamiela hacen otro tanto con dos auténticas curiosidades en forma de reedición: la del descatalogado «El Reino de Navarra en la encrucijada de su Historia. El protestantismo en el País Vasco», de Juan María de Olaizola -él mismo era protestante- y la edición de un libro de 1912 del islamista Ambrosio Huici Miranda, titulado «Estudio sobre la campaña de las Navas de Tolosa». El primero, según explicaba el editor Pello Elzaburu, es el retrato de una época, la de la corte de Margarita y Juana de Albret, en la que «por primera vez el poder protegía al euskara». En el caso del segundo, Roldán Jimeno ha recuperado un texto demoledor contra la leyenda navarra del protagonismo de Sancho el Fuerte en la esta batalla de la «Reconquista». El arabista Ambrosio Huici (1880-1973) presentó este trabajo al concurso con el que la Diputación navarra buscaba celebrar el sexto centenario de la batalla... y tuvieron que admitir que era el mejor, pese a que echase por tierra la leyenda -el rey no pintó mucho y fue con un ejército mínimo-. Declararon desierto el concurso.

Guerras, hoteles y música

Y de una guerra a otra. En el stand de Intxorta 1937 Kultur Elkartea, que este año se estrena en la feria, la oferta era amplísima. Entre sus novedades se podían encontrar las memorias de Francisco Gorritxo, comandante del batallón Kirikiño -no gustaron al PNV en su época, según parece-, los cuentos ambientados en la guerra y escritos por la exiliada en Chile Sunti Amilibia bajo el título de «Gerrako ipuinak» -la edición incluye un cd con canciones grabadas por grupos como Bide Hertzean o Gose- o el trabajo realizado por el grupo Gogoratu Guran para recuperar lo que sucedió durante la guerra en Oñati («Gerrako garrak Oñatin»; un amplio y cuidado libro que también está disponible en versión «pack económico» a 30 euros el DVD y el libro). Lo cierto es que, gracias a iniciativas como las de esta asociación cultural y otras entidades, entre las que se encuentra Eusko Ikaskuntza, la investigación y la recuperación histórica se está llevando a pie de pueblo. En Eusko Ikaskuntza, por ejemplo, junto a material para historiadores, se puede encontrar la historia de la guerra en Otxandio. La de Aretxabaleta, por cierto, que estaba prevista como novedad en el catálogo, todavía no ha llegado.

Y de allí a la actualidad, en una carrera histórica que nos deja sin resuello, y que nos obliga a ojear, aunque sólo de momento porque volveremos a ellos, títulos tan interesantes como «El franquismo en Euskal Herria», de Iñaki Egaña -es el tomo de este año de Euskal Memoria, una editorial que, por cierto, está preparando un estudio sobre la tortura-, varios estudios sobre el anarquismo (en Txertoa y Gatazka gunea) o un libro que se está vendiendo estupendamente como es «Mapas para una nación», de Jose Mari Esparza (Txalaparta). Nos detenemos un momento en «Las actas de Txiberta» (1977), la edición por Anai Artea, presentada ayer. Los documentos, guardados durante años en un banco, han visto ahora por primera vez la luz y permiten conocer las tormentosas negociaciones que tuvieron lugar en el hotel de Angelu donde Telesforo Monzon consiguió reunir en 1977 y durante dos meses a representantes de 17 partidos y sindicatos. Aquello supuso un punto de inflexión, por la decisión de unos de participar en las elecciones y de otros de boicotearlas y continuar con la lucha. Un libro de obligada lectura y más aún en el actual momento político.