Los islamistas fueron proclamados oficialmente vencedores en la primera ronda de las elecciones legislativas celebradas en nueve provincias de Egipto al acaparar los tres principales partidos de orientación islamista algo más del 65% de los votos emitidos. Pero, según los nuevos datos proporcionados ayer por la Comisión Electoral, las distancias entre la primera fuerza, el Partido Libertad y Justicia (PLJ) de los Hermanos Musulmanes, y la segunda, los salafistas de Al-Nur, disminuyen.

El PLJ, habría obtenido un 36,62% de los sufragios, mientras que la formación fundamentalista Al-Nur se habría adjudicado el 24,36% de los votos. A mucha distancia se situaría, con el 4,27%, el centrista Al-Wasat.

Durante mucho tiempo los únicos representantes del movimiento islamista en la escena política egipcia, los Hermanos Musulmanes entran ahora en competición con Al-Nur, que se ha presentado por primera vez a unos comicios.

De hecho, la segunda vuelta, que tendrá lugar hoy y mañana, estará marcada por una feroz batalla entre sus respectivos candidatos, sobre todo en Alejandría, la segunda ciudad más importante del país, donde Al-Nur fue fundado en febrero, nada más caer Hosni Mubarak.

Si esta tendencia continúa en otras provincias del país, donde las votaciones se prolongarán hasta el 11 de enero, una alianza entre ambos movimientos aseguraría a esta corriente religiosa, que está lejos de ser homogénea, una cómoda mayoría en las instituciones futuras de Egipto. Pero los Hermanos Musulmanes, hermandad nacida en 1928, saben que una alianza con los salafistas podría ser muy costosa y ha insistido mucho en su carácter «moderado» y en desmarcarse de los fundamentalistas.