Excluídos hace diez años de la primera Conferencia de Bonn sobre Afganistán, que perdió así la oportunidad de dar una solución política al conflicto, los talibanes también estarán ausentes en su segunda edición que comienza hoy en Bonn, alejando de nuevo las perspectivas de paz en el país.

Empantanada en Afganistán durante diez años después de haber barrido del poder en dos meses al régimen rigorista de los talibanes a finales de 2001, la coalición extranjera cuenta con un acuerdo político cada vez más hipotético para poner fin a la ocupación, que supuestamente concluirá en 2014.

Los occidentales, con alemanes y británicos al frente, esperaban que la delegación afgana contara con presencia talibán para que ésta fuera lo más amplia y representativa posible, dijeron fuentes diplomáticas.

Sin embargo, los«contactos» iniciados a comienzos de año se estancaron primero y tras el atentado de setiembre contra al jefe negociador de Kabul, el ex presidente Burhanuddin Rabbani, se produjo la ruptura definitiva.

Los talibanes ha rechazado públicamente cualquier participación, diciendo que la conferencia «entrampará aún más a Afganistán en las llamas de la ocupación».

Pakistán, considerado esenciales en cualquier proceso de paz por sus lazos con los talibanes boicoteará también la cita de Bonn, en su casi por el ataque de la OTAN que costó la vida a 24 de sus soldados.

Estas ausencias no hacen sino reforzar el pesimismo sobre la posibilidad de futuras negociaciones de paz y limitan los objetivos de la declaración al compromiso de la comunidad internacional con Afganistán a partir de 2014.