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Triunfo del Caja Laboral Baskonia ante Lagun Aro GBC en el derbi del Iradier Arena

La diferencia entre tener recursos y no tenerlos

Solo Vidal, Papamakarios y Vidal plantaron cara a un buen Baskonia donde brillaron Ribas, Teletovic y Prigioni. Lagun Aro GBC cae a puestos de descenso.

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Arnaitz GORRITI

El derbi resumió lo que es un equipo con recursos y otro sin ellos. Mientras que los gasteiztarras tiraron de Prigioni, Teletovic y Ribas -incluso Seraphin, en su despedida, mientras anoche se confirmaba la vuelta de Golubovic-, los guipuzcoanos apenas contaron con Vidal, Panko y un poco de Papamakarios. Después de medio partido relativamente igualado, la escuadra baskonista se impuso cómodamente a un rival voluntarioso que cae a puestos de descenso.

Ambos equipos mostraron que no están para grandes deleites. Los locales volvieron a adolecer de cierta irregularidad, aunque dieron un nivel medio bastante aceptable, alternando minutos de lucidez con otros de mayor oscuridad -Heurtel no termina de tomarle el pulso al juego gasteiztarra y Dragic, en su último partido, apenas jugó, igual que un Dorsey infrautilizado-. Mientras, en Gipuzkoa Basket es preciso recuperar la mejor versión de Javi Salgado y Baron -soñará con Ribas, pero un tirador no puede quedarse con cuatro lanzamientos intentados en 27 minutos de juego- y que el juego interior sea algo más que la brega de Doblas.

Los de Ivanovic hicieron cumplir la lógica sin demasiada brillantez, pero sí con eficacia. Lagun Aro GBC aguantó el tipo hasta casi el descanso pero, a partir del tercer cuarto, apenas si contó con Vidal, un poco de Papamakarios y algún que otro arranque de Panko o Raúl Neto.

Gran circulación de balón

La mejora del Caja Laboral Baskonia vino sobre todo de la circulación de balón. Fruto de la escasa presión defensiva donostiarra, Prigioni capitaneó el ataque baskonista. Movió el balón con sapiencia y sus compañeros lo secundaron con paciencia. Gipuzkoa Basket llegaba un instante tarde en cada acción y, por aquel hueco, los gasteiztarras lograron un buen número de lanzamientos liberados.

Asimismo, el rebote fue otra de las claves de la fuga local. Lagun Aro GBC solo capturó 18 rebotes -3 en ataque- por 38 del Baskonia -13 ofensivos-. La diferencia de aportación entre los interiores locales y los visitantes resultó sonrojante, sobre todo al ver a un Andy Betts incapaz de anotar canastas a medio metro del aro.

Con la confianza de tener la iniciativa del juego, no les importó a los de Ivanovic enfrentarse a defensas individuales o zonales, ya que castigaron cada situación tanto desde fuera como debajo del aro.

Aun así, Gipuzkoa Basket al menos tiró de orgullo, y aguantó con una desventaja menor a los diez puntos en los últimos compases. Los de Sito Alonso hubieran podido tener alguna esperanza, de no haber emergido Ribas con un par de triples para finiquitar el duelo. Por si acaso, Oleson y Teletovic -que con 24 puntos y 31 de valoración, acabó como principal estrella del encuentro- pusieron su granito de arena con sendas canastas lejanas. San Emeterio apenas brilló; ni falta que hizo.

 
Lagun Aro GBC
caja laboral baskonia
El abrazo mortal de Pau Ribas a su ex entrenador Sito Alonso

Mientras que Dusko Ivanovic se mostró razonablemente satisfecho por el trabajo hecho por los suyos, Sito Alonso declaró con tristeza que su equipo no cumplió del todo con el plan establecido, algo que pagó con una derrota más que clara.

«Nosotros teníamos unas opciones para poder ganar el partido, una de ellas era el control del rebote defensivo cuando ellos fallaban y no la hemos cumplido en casi ningún momento del partido», reconoció.

La clave de la derrota donostiarra estuvo en 7 malos minutos, según Alonso: «Estuvimos 31-32 sin jugar especialmente bien ganando nosotros. Ese trocito de partido, esos 2 minutos 49, y el inicio totalmente parado de los tres primeros minutos del tercer cuarto han hecho que se nos fueran 51-39. Y eso cuando juegas fuera de casa es muy difícil de recuperar», reconoció.

Uno de los verdugos de GBC fue Pau Ribas, jugador formado por el técnico de Monzón y con el que se dio un tremendo abrazo antes del partido. «Es normal tener motivación de jugar contra gente que te conoce. Además, me exigió y ayudó mucho. Su equipo tiene buen nivel, ha tenido la mala suerte de perder partidos por pocos puntos pero creo que irá para arriba». A. G.

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