Segunda victoria consecutiva en el minuto 91
La calidad, la fe y el cambio de racha permiten la remontada
Dos goles de Vela e Ifrán en los últimos minutos dieron la vuelta a un partido que el Málaga tenía ganado en el 88. La Real jugó bien ante un muy buen rival, pero los errores, sobre todo uno garrafal de Mikel González, pudieron costar caro.
REAL SOCIEDAD 3
MÁLAGA C.F. 2
Joseba ITURRIA
La Real volvió a confirmar ayer la importancia que las rachas tienen en el fútbol. Cortó la negativa en la que nada le acompañaba y ayer todo ayudó para ganar un partido que el Málaga parecía tener controlado en el minuto 88. En ese momento se unieron la fe y la calidad de los jugadores realistas, la valentía de su entrenador y la ayuda del árbitro para marcar dos goles que provocaron que la afición de Anoeta saliera del estadio entusiasmada, algo muy importante tras el último partido liguero del año en casa antes de la renovación de los abonos.
El gol de Ifrán unido al de Iñigo Martínez convierten a la Real en el primer equipo que gana dos partidos esta temporada en el tiempo añadido y le permiten dar un salto en la clasificación tras sumar siete de los nueve últimos puntos y colocarse incluso por delante de un equipo que le dobla en presupuesto, el Villarreal, al que puede dejar en una situación delicada el domingo.
Y esos dos goles ratifican en su puesto a un Philippe Montanier que ayer estuvo tan bien en la dirección como mal había estado en jornadas anteriores. Repitió alineación y su equipo lo agradeció y fue capaz de competir ante un rival que ha alcanzado un gran nivel y que demostró por qué llegaba a Anoeta quinto en la clasificación.
El Málaga daba la sensación de ser mejor por su mayor calidad y su superioridad técnica en el manejo del balón y de casi todas las situaciones, pero sólo fue capaz de remontar el primer gol realista en una jugada de estrategia en la que se produjeron demasiados errores defensivos y en un fallo garrafal de Mikel González, de esos que no tienen explicación razonable. El propio central fue el que quiso enmendarlo y su pelea originó la jugada del empate y después tuvo la suerte de que Ifrán convirtió su error en anecdótico.
Más ocasiones realistas
Esos dos goles premiaron al equipo que quizás no fue mejor, tampoco peor, pero sí fue capaz de crear más ocasiones. Además de los tres goles, la Real tuvo cuatro claras oportunidades. Dos de Agirretxe -una en la que le faltó poco para rematar con el pie un centro de Carlos Martínez y otra en segunda jugada tras un corner en el que no acertó con la cabeza- y dos disparos de Zurutuza y Elustondo que desbarató Willy con grandes paradas. Por contra, el Málaga apenas obligó a intervenir a Bravo en una falta de Duda y en el disparo final de Seba Fernández.
Por eso mismo el mayor problema de la Real fue el de siempre, que concede dos goles sin que el rival tenga que hacer demasiado y es un aspecto a corregir. En lo demás el equipo blanquiazul confirmó su mejoría en el juego una vez que Montanier ha recuperado la cordura y un centro del campo que equilibra el equipo, con destacada actuación de Elustondo y Zurutuza.
También fue muy positiva la aportación de Rubén Pardo en los pocos minutos que jugó, en los que fue capaz de sobreponerse a un saque de esquina que sacó de horror en su primera intervención. Sin estar especialmente acertado, la actitud de Griezmann fue muy positiva y Agirretxe demuestra que es bastante más que el máximo goleador del equipo. Su juego aéreo y de espaldas es cada vez mejor y el de ayer fue el segundo gol en dos partidos que fue capaz de dar de esta forma a Carlos Vela.
Al mexicano le falta predisposición defensiva y por eso el Málaga volcó su juego por esa banda, en la que Monreal apoyaba a un Isco que jugaba mucho más cerca de la cal que Cazorla. Esa decisión y la calidad de los cuatro centrocampistas del Málaga, que hacían recordar el juego de Villarreal con Pellegrini, les permitió controlar el balón la mayor parte del partido, pero la Real siempre mantuvo el tipo, jugó muy bien en algunas fases y tuvo mejores ocasiones de gol.
El partido sólo cambió con la jugada desgraciada de Mikel González, que se sumó al bajón físico lógico experimentado por Zurutuza tras su primera gran hora de juego. A la Real le costó reaccionar ante un Málaga que tenía el partido totalmente controlado y esta vez encontró la solución desde el banquillo.
Cambios con efectos positivos
Si en Sevilla Montanier no entendió el partido al hacer un cambio que perjudicó a su equipo, ayer colocar en el campo a todos los jugadores ofensivos y de más calidad le dio premio. El único que no dio resultado fue el que solicitó la grada, porque Joseba Llorente demostró que todavía no es el jugador que era antes de su lesión de espalda y que en estos momentos es el tercero, e incluso el cuarto si se cuenta a Vela, en el ranking para jugar en esa posición. Los otros dos cambios sí tuvieron efectos positivos. La Real recurrió con ellos a un juego directo que lanzaba desde lejos Rubén Pardo y la acumulación de hombres ofensivos y la mala defensa del Málaga permitió a la Real marcar dos goles en los últimos diez minutos y tener otras dos claras ocasiones. El cuadro andaluz no fue capaz de aprovechar los riesgos asumidos por Montanier y sólo amenazó con el remate final de Seba que paró Bravo.
Fue un resultado y una dirección de Montanier que permiten confirmarle en el banquillo al menos hasta los dos próximos partidos que la Real jugará en Villarreal y Santander, en los que será necesario obtener como mínimo un triunfo para cerrar el año con tranquilidad.
Philippe Montanier bromeó cuando tras el partido le preguntaron si esperaba que con las dos últimas victorias le dejen tranquilo en su puesto: «Como cuando no me dejan tranquilo conseguimos la victoria, lo mejor es que sigan sin dejarme tranquilo». Luego en su línea habitual añadió que «mi caso personal no es importante. Lo importante es el resultado, la forma del equipo, la Real... Estamos contentos. El público ha ayudado a su equipo, sobre todo cuando perdía 2-1 y para mí es muy importante que la gente de la Real esté muy contenta. Mi cosa personal es nada».
En su análisis del partido señaló que «hemos estado mejor durante este partido, sobre todo en la primera parte. En el inicio del segundo no hemos tenido el balón y en los últimos 30 minutos hemos reencontrado la calidad técnica. Marcar tres goles al Málaga es un buen logro. Es difícil jugar contra un rival que tiene un gran dominio técnico, pero sólo hacen falta diez segundos para marcar un gol. Había que ser paciente y estar tranquilo. La plantilla estaba muy motivada por este partido para seguir el camino de los últimos contra Espanyol y Betis, toda la semana tenía buenas sensaciones y se ha confirmado».
Destacó que a la hora de explicar la entrada de Rubén Pardo dijera que «tiene el mejor pase de la plantilla y a balón parado en un balón largo podía encontrar la solución para remontar el resultado». Le plantearon que la Real recurrió al juego directo para ganar y recordó que «para jugar así hay que tener cuatro o cinco atacantes. Hemos jugado así porque hacía falta remontar, pero está bien que tengamos diferentes posibilidades y que cuando haya que jugar directo lo sepamos hacer».
Destacó del partido de su equipo «la perseverancia, creer en sus posibilidades y no abandonar en ningún momento. Hay que continuar en la misma línea».
Manuel Pellegrini, técnico del Málaga, señaló cuando le preguntaron si el partido lo perdió su equipo o lo ganó el blanquiazul que «lo gana la Real con mucha ayuda arbitral. La cantidad de faltas que nos cobró y las que nos dejó de cobrar decantó demasiado el partido hacia un lado. Es mérito de la Real, pero con mucha ayuda arbitral. Duele mucho perder en los últimos minutos porque teníamos controlado un partido muy parejo en el que nos ganó un poco el local, después de un planchazo delante del árbitro antes del 2-2 que inclinó demasiado el resultado». Joseba ITURRIA
Con motivo de la celebración el sábado del Día Internacional del Euskara, la Real colocó antes del encuentro una camiseta gigante con su publicidad «Euskararekin bat», se pusieron vídeos especiales para la ocasión, sonó el Guk Euskaraz, el once blanquiazul posó con el lema «Euskaraz bizi nahi dugu» y en la megafonía en todo momento se utilizó el euskara.
