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Primer gol de Amorebieta en Liga con el Athletic

Enredados en la ensaimada

Los de Bielsa, desconocidos, salvaron un punto ante un Mallorca «made in Caparrós», que se encontró con ventaja en el marcador en el primer minuto y frenó luego a los rojiblancos con un juego defensivo y faltas.

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MALLORCA 1

ATHLETIC 1

Joseba VIVANCO

Estaba claro que el de Mallorca no es un terreno abonado para el Athletic, un campo de ésos donde a los futbolistas les guste jugar. Cualquiera que haya prácticado el fútbol sabe que hay campos y campos. El mallorquín es de ésos donde cuesta, al menos, a los rojiblancos. Y si encima lo entrena Joaquín Caparrós... Siendo fieles a ese guión, los de Bielsa saltaron al césped con la ensaimada más que con la empanada, y al minuto de juego ya iban detrás en el marcador. Empataron de forma merecida cuando el tiempo de descuento de la primera mitad se había ya sobrepasado y, a partir de ahí, soporífero segundo tiempo, maniatados por un defensivo Mallorca, correcalles en los diez minutos finales, ocasiones para inclinar la balanza a un lado o a otro y, al final, un puntito que sabe a eso, a un puntito.

El Athletic se encontró al minuto de juego con un helador gol en contra. Fallo de Amorebieta en su pase a Aurtenetxe para salir por banda, recupera el francés Pereira, centra el área pequeña de Iraizoz, barullo, Amore que no despeja bien, y el veinteañero Álvaro la mete dentro. La primera en la frente.

Con ventaja en el marcador y Joaquín Caparrós en el banquillo, al Mallorca se le puso el partido en franquicia para hacer su juego, y máxime cuando el Athletic de los quince siguientes minutos se mostró irreconocible. Ni Muniain, ni Iturraspe, ni Herrera entraban en contacto con la pelota, la presión sobre la salida de los bermellones era inexistente, a este Athletic nos lo habían cambiado.

Suerte que los de Bielsa empezaron a dar con su habitual tuya-mía entre Herrera y compañía, aunque fuera por el centro más que por banda. A medida que avanzaba el partido, los de Bielsa se hacían dueños y señores del ritmo del encuentro, aunque sin llegada, y cuando merodeaban la cueva de Aouate volvía a faltar precisión en los últimos metros. Faltaba ese punto de fortuna que le había tocado al Mallorca. Y se echaba en falta la referencia fija de Llorente intimidando a la zaga rival y ejerciendo de pivote en el epílogo de cada ataque.

A pesar del dominio visitante, los mallorquinistas ya habían disparado cuatro veces, por ninguna los rojiblancos. No fue hasta el minuto 32 cuando probó Susaeta, escorado, y paró Aouate. En el 36 quien lo intentó fue Aurtenetxe, pero demasiado alto. La posesión era netamente rojiblanca, pero sin morder arriba. Y fue en los minutos del descuento cuando el premio llegó de la cabeza de Amorebieta, tras la salida de un córner, balón que llega a Herrera, la templa al segundo palo y allí el vinotinto la clava. Primer gol en Liga con el Athletic del internacional venezolano. El Athletic respiraba.

Tras el descanso, Bielsa dejó a Aurtenetxe en el vestuario, víctima del rápido y hábil Pereira, y puso en liza a Gabilondo. A los pocos minutos, volvió a mover pieza: Iñigo Pérez por un desangelado Iturraspe, que encima acababa de ver la amarilla.

El Loco se decantaba por ir a por el partido, en su estilo. Pero ni su equipo estaba puesto, ni el rival lo iba a permitir.

Segundo tiempo soporífero

Al primer minuto la tuvo Muniain dentro del área bermellona pero no pudo chutar; la réplica la dio Tissoné desde lejos e Iraizoz estuvo providencial. Y ahí se acabó el fútbol hasta casi el minuto 80 de encuentro.

Entre ambos minutos, el Athletic nunca encontró el ritmo, ni el juego, ni la combinación. Con un Herrera muy comprometido pero poco dinamizador en ataque; con Muniain más participativo pero sin morder arriba; con un Amorebieta empeñado en que un pase de 40 metros es más fácil cuando de hecho es la solución más dificil si no está Llorente para bajarla; con un Iñigo Pérez que apenas conectó la zaga con los tres cuartos... Y el Mallorca, a repartir leña: 30 faltas, por 12 el Athletic a lo largo del partido; Muñiz quiso ver si su tarjeta amarilla funcionaba y repartió once cartulinas.

Ningún equipo pisaba área contraria, sí daba el Athletic la impresión de querer más que el Mallorca y, de repente, en el minuto 82, el incómodo Pereira puso a prueba el empate con un chutazo que Iraizoz desvió.

A los pocos segundos, Gabilondo penetró hasta línea de fondo pero no acertó con el pase atrás; Gorka volvió a sacar un gol cantado en el 88 a disparo de Hemed; Iñigo Pérez se precipitó literalmente al césped cuando encaraba meta en el contragolpe consiguiente; la tuvo Amorebieta en otro cabezazo de un córner que sacó bajo palos Chico; un centro-chut de Toquero que se colaba y evitó Auoate...

Final de infarto, pero justo, a la postre, visto lo visto, a pesar de que los rojiblancos sí dieron la impresión de querer sacar algo más de un partido trabado e incómodo. Como dijo Jorge Valdano, «noventa minutos de esfuerzo sirven para empatar. Un segundo de talento sirve para ganar». Ayer faltó eso, talento en la definición.

Hubo protagonismo por parte de los de Bielsa, pero faltó actitud. Al menos, se sigue sin perder fuera de casa desde setiembre. Novenos y enganchados a los de arriba. Y ahora, tras la ensaimada, toca la sidra.

 

Marcelo Bielsa cree que «no cristalizamos la sensación de que íbamos a ganar»

El entrenador del Athletic afirmó tras el empate ante el Mallorca que no estaba satisfecho con el partido ni con el resultado. «No cristalizamos la sensación de que íbamos a ganar», precisó Marcelo Bielsa, quien definió el encuentro como «de poca claridad, mucha pelota larga y sucesiones breves de pases».

En opinión del técnico argentino, «estaba todo dado para establecer diferencias en el marcador, parecía que debíamos ganar, pero nunca cristalizamos esos merecimientos -subrayaba-, no hicimos esa diferencia que se intuía mirando el desarrollo del partido». A la pregunta de cómo había sido su encuentro con su colega Joaquín Caparrós, respondió de manera lacónica: «Nos dimos las manos, no puedo decir otra cosa».

Con respecto al Mallorca, Bielsa manifestó que era un equipo «combativo y con las ideas muy claras de lo que tenía que hacer frente a nosotros». Para el rosarino, «el Mallorca produjo más de lo que creíamos, y nosotros menos, así que en esa ecuación estoy satisfecho porque al rival hay que valorarlo positivamente».

Finalmente, el entrenador rojiblanco, interrogado por las once tarjetas amarillas que mostró el colegiado Muñiz Fernández, dijo que «todas se correspondieron con lo que prescribe el reglamento, aunque no hubo mala intención por parte de los jugadores».

Por su parte, el entrenador del Mallorca, Joaquín Caparrós, declaró que en el partido disputado «pudo pasar de todo, desde ganar nosotros a hacerlo ellos, y perder, también los dos equipos».

El técnico andaluz interpretó que «obligamos al Athletic a jugar directo, a hacer algo que ellos no querían, y eso es mérito nuestro porque empezamos a ser un equipo complicado. El empate está ahí y no hay que darle más vueltas».

El técnico sevillano consideró que es «bueno» ir sumando puntos, pero matizó que «es necesario que vayamos cogiendo confianza con el balón, es cierto que vamos progresando, pero eso no sirve en la alta competición si no ganas».

Caparrós tuvo palabras de elogio para sus exfutbolistas, a quienes vio «fenomenal, en forma y muy animados». Según explicó en rueda de prensa, a los jugadores del Athletic «les he dicho que les deseo lo mejor, al igual que a Bielsa, al Athletic y a sus aficionados».

Caparrós, finalmente, se refirió a Fernando Llorente, y le definió como una baja importante, ya que «es un futbolista de primer nivel, y quizás nos habría creado muchos más problemas jugando hoy, sobre todo por el juego directo».EFE

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