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Los premios de la Peña Athletic Juvenil lo evidencian

Cada vez cuesta más pasar de «cachorro» a «león»

Sólo seis de los reconocidos con estos galardones han logrado desde 1995 asentarse en el primer equipo.

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Joseba VIVANCO

Incluso en la cuna de las canteras, en Lezama, que un jugador del alevín llegue un día al primer equipo se antoja casi imposible. Así que cuando ocurre, como con Jonás Ramalho, toda esa filosofía está de enhorabuena. Fue el primer leoncito de la era Bielsa... y quién sabe hasta cuándo no habrá otro. En la recámara esta la joven promesa Iñigo Ruiz de Galarreta, que todo apunta que deberá tener paciencia, no tanto para debutar como para ser el día de mañana un puntal del equipo.

Llegar a lo más arriba desde lo más abajo del club cada vez está más complicado en este equipo. Un reflejo evidente de esa cada vez mayor dificultad para progresar la da el trofeo que desde la temporada 1976-77 otorga la Peña Athletic Juvenil, y que reconoce cada campaña a los jugadores más regulares y a los más `fieros' del Juvenil de Honor rojiblanco.

Si echamos un vistazo a los galardonados hasta los primeros años noventa del siglo pasado, la mayoría de premiados conseguían después jugar en el primer equipo y asentarse casi siempre en él. Ahí están los Endika, Patxi Salinas, Urrutia, Valencia, Guerrero, Andrinua, Ferreira, Mendiguren...

Sin embargo, si nos fijamos a partir ya del año 2000, de entre aquellos que recibieron el reconocimiento a la Regularidad y se supone fueron los mejores en el juvenil, sólo Ander Murillo, Joseba Garmendia y Markel Susaeta dieron el salto y consiguieron esa regularidad arriba. Y de entre quienes fueron premiados con el trofeo a la Furia, sólo tenemos a Fernando Llorente y Jon Aurtenetxe. Detalles que dan idea de que ser el mejor juvenil ya no garantiza ni siquiera lograr el ansiado debut sobre el césped de La Catedral.

Desde el año 2000 han debutado 71 jugadores en el primer equipo, de los que 29 siguen ligados al Athletic a día de hoy. Joaquín Caparrós dio la alternativa en sus cuatro temporadas a un buen número de jugadores, hasta 27, años en los que al ser un equipo en formación, no era difícil la llegada de nuevos jugadores arriba. Sin embargo, de ésos, sólo cuatro formados íntegramente en Lezama son hoy pilares de los `onces' de Marcelo Bielsa: Susaeta (2007), Iturraspe (2008), Muniain y Aurtenetxe (2009); y habría que sumar a Raúl (2010). Y eso que en esas cuatro campañas con el técnico andaluz, hasta 68 futbolistas pasaron por el Bilbao Athletic.

En el útimo año de Caparrós sólo hubo ya tres debuts, esporádicos además, y ninguno de ellos había hecho el recorrido por Lezama: Igor Martínez, Ibai Gómez y Urko Vera.

El rejuvenecimiento de la plantilla también juega en contra de los de abajo. Al Sevilla se le ganó con un once sobre el campo con una media de 23 años y 4 meses. Un dato que no es sino una tendencia: en la temporada 2010-11, la última con Caparrós, la media del equipo era de 24,7 años, cuando la anterior estaba en los 26,4 años.

Estamos ante un plantel no sólo rejuvenecido, sino consolidado y muchos de cuyos jugadores tienen tiempo para dar lo mejor de sí. El paso de jugadores desde el Bilbao Athletic al primer equipo ha caído del 50 al 10% en las últimas dos décadas. Bielsa, por exigencias del guión, dio la alternativa a Ramalho; Iñigo Ruiz de Galarreta podría ser el siguiente, Saborit sigue en la recámara... Pero está claro que el cuello de botella en Lezama se estrecha cada vez más.

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