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Iosu Balmaseda, Isabel Castro, Xabier Barber Miembros de la Comisión General de ESK

Menos coches en Volkswagen de Landaben, ¿y qué?

La propuesta se basa en dos afirmaciones: disminuir la producción de vehículos es positivo, y ello no puede conllevar el despido de ninguna persona, eventual o no

Las líneas siguientes pretenden traer al ámbito sindical un debate ya existente en otros (ecologismo, decrecentismo, ecofeminismo, ecosocialismo...). Desde el sindicato ESK no se pretende dar lecciones a nadie (menos aquí, donde no tenemos representación en el comité de empresa). Hemos elegido el caso de Volkswagen porque es una empresa paradigmática en este momento: transnacional, de origen alemán, en el sector del automóvil, influyente en la industria de Nafarroa... El contexto general en el que este debate se da es el de una crisis económica que, desde hace 3-4 años, afecta también a los países enriquecidos (y tiene mucho que ver con el exceso de producción material). Y que va de la mano con una ya reconocida y profunda crisis ecológica, de efectos difícilmente cuestionables: cambio climático de críticas consecuencias, contaminación en aumento, agotamiento de materias primas (el pico del petróleo como ejemplo)... y muy relacionada con el modo de producción, transporte y consumo actuales.

Por otro lado, a pesar del creciente desarrollo económico, las desigualdades sociales son cada vez mayores. Entre países enriquecidos y países empobrecidos y entre las elites y las capas populares de cada uno de ellos. Una riqueza insultante, en manos de relativamente pocas personas, convive con el hambre y la miseria de miles de millones de otras.

Estas razones llevan como corolario la necesidad imperiosa de cambiar el paradigma productivo (y, en consecuencia, el de consumo): es necesario otro sistema, más igualitario, más justo, donde todas las personas puedan vivir como tal, que priorice el bienestar de la gente al beneficio... y que tenga en cuenta que vivimos en/compartimos un ecosistema limitado, que no se puede explotar como si fuera infinito.

En este contexto aparece la noticia de que VW quiere despedir a 700 eventuales de la planta de Landaben, porque no necesita producir tantos vehículos. Desde el Gobierno de Navarra y algunos sindicatos se nos transmite la idea de que hay que diversificar el tejido industrial navarro; es de suponer que ya lo habrían pensado antes, pero bienvenido sea. Dicen también que la intención de VW es entendible, ya que hasta ahora, a pesar de la crisis, la producción en Landaben no sólo se ha mantenido, sino que se ha incrementado; que mientras mantengan la última prevista (300.000 coches para 2012), no hay mucho que objetar.

Pues bien; a partir de este punto plantea ESK el debate, que precisará de opiniones contrarias, parecidas y complementarias; pero que, a nuestro entender, es urgente.

El núcleo de esta propuesta se basa en dos afirmaciones centrales: a) la decisión de disminuir la producción de vehículos es positiva, y b) ella no debe conllevar el despido de ninguna persona, eventual o no.

El hecho de disminuir la producción de vehículos individuales en VW-Landaben es positivo, porque la producción global del coche particular tiene que ir decreciendo. El sistema actual de transporte de personas es insostenible: despilfarra inmensas cantidades de energía y de materias primas y es altamente contaminante. Hay que reencontrar una alternativa que reduzca los desplazamientos, potencie el transporte colectivo (autobús y tren convencional, fundamentalmente) mucho más eficiente, favorezca el uso de la bicicleta en los desplazamientos cortos... Y además, es una evidencia que, al menos en nuestros países enriquecidos, hay demasiados coches particulares; seguir con los niveles actuales de producción implica seguir creando una demanda absurda: cambiar de coche cada poco tiempo, disminuir su vida útil, tener uno, o más, por persona, etc.

Disminuir dicha producción no debe suponer ningún despido. La forma de absorber esa disminución del tiempo de trabajo es otra: calcular el porcentaje de producción que se quiere rebajar y reducir el global de la jornada laboral en una proporción semejante. Empezando por reducir/ eliminar los turnos menos saludables y siguiendo por reducir la duración del resto de los turnos, que acogerían ahora más plantilla. Esto no debería implicar más disminución de los salarios que la provocada por la desaparición de los pluses respectivos; VW seguiría ganando dinero (menos que antes, pero es el precio de la crisis que trabajadoras y trabajadores, en activo, en precario y en paro, ya estamos pagando) e, incluso, la parte de la reducción de jornada vía reducción/eliminación de los turnos insalubres le supondría un menor coste.

Estas dos medidas, ambas positivas, se mantendrían (o profundizarían) más allá de la situación actual de crisis (que, según todos los indicadores, va para largo). Ni hay que volver a producir más cantidad de vehículos individuales, ni hay que volver a aumentar la jornada laboral. Esta reducción de la jornada laboral, imprescindible y altamente positiva, supondría más salud y más tiempo para un mejor reparto del resto de los trabajos cotidianos (el doméstico y el del cuidado de las personas), así como para el ocio y otras actividades.

Insistimos en el carácter de propuesta para el debate (eso sí, cada vez más urgente) de lo hasta aquí expuesto. Confiamos en que en él participen otras organizaciones sindicales y sociales, o personas a título individual. Y seguimos dispuestas y dispuestos a aportar nuestro esfuerzo en la lucha que, en cualquier caso, va a ser necesaria.

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