Un parche que no soluciona el problema
El acuerdo transitorio suscrito ayer por los gobiernos de Lakua y de La Rioja ha sido recibido con alivio por muchos vecinos de la Rioja Alavesa, verdaderos perjudicados en un conflicto que prendió hace tres meses por intereses políticos y electorales el Ejecutivo de Pedro Sanz, y que ha causado numerosos quebraderos de cabeza a aquellas personas que han visto cómo de la noche a la mañana se les complicaba sobremanera recibir asistencia médica. Pero ese justificado alivio no debe conducir al error de pensar que el pacto -y menos aún en los términos en los que se ha redactado, claramente favorables a la parte riojana-, soluciona el problema de fondo.
Porque el verdadero problema no es tanto la actitud que en un determinado momento puedan adoptar los mandatarios riojanos, hoy representados por un presidente demagogo y populista, sino la falta de infraestructuras sanitarias en la Rioja Alavesa. En este sentido, más allá del trastorno ocasionado en la vida diaria de mucha gente, la crisis abierta entre ambos gobiernos ha servido para poner de manifiesto la necesidad de que esta comarca cuente con un servicio de salud suficiente, lo que pasaría, en primer término, por crear un hospital comarcal que cubra las necesidades de sus habitantes. Ninguna de las formaciones que en las últimas décadas han gobernado en Lakua o en Araba -PNV, PP y PSE- han atendido esas necesidades, sino que han apostado por otro tipo de infraestructuras, más costosas y que no eran necesarias. Esta política, que se ha servido de la cobertura que ofrecía la cercanía con Logroño, ha sido equivocada, y es hora de cambiarla.
La salud de los alaveses no puede depender de la voluntad negociadora del Gobierno riojano ni de lo que puedan ofrecerle las administraciones vascas, porque personajes como Sanz siempre tendrán la tentación de utilizar este tema para obtener réditos. Los vecinos de la Rioja Alavesa merecen ser atendidos por sus representantes, sin ser objeto de mercadeos ni chantajes.