Egin Dezagun Bidea ha convocado este sábado en Barañain una manifestación (17.30, calle Esteban) y un acto (18.30, frontón Retegi) para reclamar el fin de la dispersión. Etxerat mostró su adhesión a esta iniciativa.

Junto a Fran Balda, portavoz de Egin Dezagun Bidea, y Gloria Rekarte, comparecieron ayer en Iruñea Alicia Ortega, Isabel Morillas, Paco Rey y Paco Sola, familiares de presos que se encuentran en Almería, El Puerto de Santa María, París y Algeciras. «Sólo estas cuatro familias, cada fin de semana tienen que hacer más de 8.000 kilómetros para visitar a sus seres queridos», destacó Rekarte.

La manifestación del sábado partirá del domicilio de Karmele Solaguren, fallecida en accidente hace siete años cuando viajaba a visitar a su hijo preso. Asimismo, se recordará también a Sara Fernández, muerta hace ocho años cuando acudía a una visita a un amigo.

«Cada fin de semana, cientos de personas ponen en juego sus vidas por las carreteras de los estados español y francés para ir a visitar a sus seres queridos. Por eso decimos que es urgente el fin de la dispersión, porque cada fin de semana es una ruleta rusa que sigue causando víctimas», añadió Rekarte, que destacó que en los últimos seis meses allegados de presos navarros han sufrido cuatro accidentes graves, con un balance de seis personas heridas.

A día de hoy, hay 102 presos navarros dispersados, 78 en el Estado español y 24 en el francés, a una media de 680 kilómetros. 33 de ellos están encarcelados a más de 800 kilómetros, y siete, a más de mil.

Fran Balda, por su parte, destacó que es necesario acabar inmediatamente con la dispersión «porque es una cuestión que afecta a los derechos más elementales y requiere una solución inmediata, porque es una fuente continua de sufrimiento y porque es un auténtico anacronismo en estos tiempos políticos que vivimos».

«Mantener la dispersión lo único que hace es echar sal en la herida de miles de personas que también se merecen un poco de paz», añadió el portavoz de Egin Dezagun Bidea.

Balda reclamó la necesidad de aumentar la movilización social, tras constatar que «los estados español y francés no tienen ninguna prisa por cambiar su política penitenciaria para que no tengamos que llorar a ninguna Sara ni a ninguna Karmele más».