Los serbios de Kosovo, comunidad mayoritaria en el norte, comenzaron a retirar las barricadas que en julio colocaron en la zona septentrional de Kosovo, en concreto, en las vías de acceso a los puestos de control que conectan con la frontera con Serbia para impedir que el Gobierno de Pristina, al que no reconocen como autoridad, se hiciera con el control de esta zona. Esta decisión podría facilitar el proceso de adhesión de Serbia a la Unión Europea.

Un testigo consultado por Reuters aseguró que la Policía de Kosovo, los agentes del servicio de aduanas y los militares de la misión de la OTAN (KFOR) supervisaron los vehículos que transitaban por el puesto de Jarinje, en el que a comienzos de año se produjeron violentos enfrentamientos.

El tráfico también se vio afectado por los controles fronterizos en la localidad de Jagnjenica, donde dos militares alemanes de la KFOR resultaron heridos por disparos de bala la semana pasada cuando se disponían a derribar una barricada instalada en la carretera.

La reducción de la tensión se produce después de que los gobiernos de Belgrado y Pristina llegaran la semana pasada a un acuerdo sobre la gestión conjunta de los puestos fronterizos, lo que supone una decisión clave en el camino de Serbia para asegurarse que mañana le concedan el estatus de estado candidato a ingresar a la UE.

El primer ministro kosovar, Hashim Thaçi, consideró que este acuerdo representa el reconocimiento tácito de Serbia de la declaración de independencia proclamada por Kosovo en febrero de 2008.

El portavoz del Gobierno serbio, Milijove Mihajlovic, negó las declaraciones de Thaçi.