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Aguas del Añarbe aclara en un informe las actuaciones ejecutadas durante las riadas

La empresa pública ha realizado un estudio para explicar el plan que se activó para con la presa guipuzcoana durante las inundaciones del pasado 5 y 6 de noviembre. El texto niega las acusaciones de muchos afectados, y asegura que las compuertas se mantuvieron cerradas.

GARA | DONOSTIA

Tras las fuertes inundaciones que el pasado 5 y 6 de noviembre anegaron los barrios donostiarras de Martutene y Txomin-Enea, así como los municipios de Hernani, Astigarraga y su barrio de Ergobia, las alusiones a que la presa del Añarbe y las actuaciones que se llevaron a cabo desde allí fueron una de las causas de la importante crecida del río Urumea fueron constantes. Así sucedió en las reuniones vecinales que técnicos y concejales del Ayuntamiento donostiarra, con el alcalde Juan Karlos Izagirre a la cabeza, mantuvieron tanto en Txomin-Enea como en Martutene. En aras de explicar cuales fueron las maniobras de explotación que se ejecutaron para evitar, entre otras cosas, males mayores, Aguas del Añarbe ha realizado un informe exhaustivo sobre los días 5 y 6, así como los días precedentes y posteriores.

Uno de los puntos que aclara el informe son las actuaciones sobre las compuertas y desagües, y de cómo y por qué se dieron cada uno de los pasos. El texto afirma que, a partir de las 4.30 de la madrugada del sábado, los caudales de entrada al embalse aumentaron de «forma progresiva y a un ritmo muy feroz» debido a las fuertes precipitaciones, registrándose 104,9 l/m2. La situación se agravó al día siguiente, el domingo, con 185 l/m2. «Las muy intensas lluvias del sábado saturaron con toda seguridad el suelo de la cuenca, la enorme intensificación de las precipitaciones desde el inicio del domingo (...) explica la fulminante subida de los caudales circulantes por el río Urumea», detalla el estudio. Mientras tanto, el volumen embalsado en la presa ascendió de manera proporcional y la alerta amarilla por lluvias fue elevada a naranja.

Cierre de compuertas

Ante esta situación, se adoptó la decisión de bajar las compuertas «Taintor» del aliviadero de la presa, cerrando sus tres vanos y evitando que, cuando el volumen embalsado alcanzara la cota máxima, -el labio del aliviadero- se produjera alivio alguno al río. Cuando el margen para alcanzar dicho límite era de 53 centímetros, las compuertas se cerraron, a las 12.30 del día 6. Aguas del Añarbe fue quien advirtió a URA, Agencia Vasca del Agua, de que el cierre de las compuertas constituía una medida «positiva e imprescindible en esos momentos para preservar a la población de riesgos aún más graves».

Fue hacia las 22.00 del día 6 cuando se registró un descenso en el caudal del Urumea. Por eso, dice el informe, en caso de proceder a la apertura de algún órgano de desagüe no se produciría «daño alguno en las zonas ribereñas del Urumea». La apertura se ejecutó a medianoche, constituyendo «la primera maniobra de desagüe de caudales» durante las inundaciones, negando las acusaciones que muchos vecinos vertieron sobre representantes municipales donostiarras.

La presa de Añarbe retuvo durante las riadas un volumen que supera los 8.000.000 m3, evitando sobre elevaciones del nivel del río, que según Aguas del Añarbe, oscilaron entre los 0,75 y 2 metros.

Liquidación de obras

Por otro lado, el Consejo de Administración de Aguas del Añarbe celebró el día 25 su primera reunión tras las riadas, y decidieron, entre otras actuaciones, liquidar las obras de rehabilitación del depósito de aguas pluviales en el barrio donostiarra de Amara, así como la aprobación de las obras de la remodelación del saneamiento en el barrio de Loiola. También acordaron liquidar las obras de saneamiento de Zubieta, que consisten en la extensión de la red de alcantarillado mediante la instalación de un colector de aguas residuales.

SITUACIÓN HABITUAL

En los días precedentes a las intensas lluvias, la presa se encontraba en su situación habitual de explotación: con las compuertas abiertas y los órganos inferiores cerrados. En aquella situación sólo se desembalsó el caudal de abastecimiento.

revisión de normas

Tras el derrumbe, en 1982, de la presa de Tous sobre el río Júcar, la Confederación Hidrográfica del Norte ordenó no utilizar las compuertas de las presas. Aguas del Añarbe ha emprendido una revisión de las Normas de Explotación.

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