GARA > Idatzia > Kultura

Chef aficionado: saque su cocina a la calle por un día en Helsinki

En una calle de Helsinki, una familia finlandesa degusta un Dahi Bhalla indio, cuyo sabor especiado calienta el cuerpo y desentumece la mente en un grisáceo día de invierno; una jornada en la que los vecinos se convierten en chefs improvisados y callejeros.

p055_f01.jpg

p055_f02.jpg

Denise WALL-AFP | HELSINKI

Esto es Ravintolapäivä o, lo que es lo mismo, «Operación restaurante por un día»: en la calle o en las propias casas, estos restaurantes efímeros proponen a los curiosos que descubran, a un precio razonable, la experiencia y la buena de mano de cocineros aficionados, a la vez que disfrutan de una buena cocina casera.

Jaakko Latikka y Krista Kujala Latikka, acompañados por sus hijos Antti y Lauri, degustan el menú preparado por Nikhil Salian y Krupesh Kothari. Estos indios procedentes de Bombay han colocado una mesa en la calle donde sirven en platos de plástico su paté de lentejas. «¡Está bueno!» exclama uno de los chicos ante la primera cucharada, que le hace obligar el frío imperante y el mal humor que este provoca.

Esta es la tercera edición de Ravintolapäivä, después del éxito que tuvieron las anteriores en mayo y el agosto. En esta edición invernal, el interés ha aumentado. «Hemos contabilizado más de trescientos restaurantes en cuarenta ciudades de Finlandia y uno de Alemania», se felicita una de las impulsoras de la iniciativa, Kirsti Tuominen.

Con una cocina tradicionalmente bastante pesada y no muy animada, a los finlandeses les atrae esta aventura gustativa, animados por una gran variedad de menús y por lo familiar y cercano de su presentación. Abrir su propia casa a extraños parece también que atrae a un pueblo conocido, sin embargo, por una forma de ser bastante reservada. «La gente se entusiasmó con la idea de compartir la comida: es una manera de fortalecer a la comunidad y un vínculo con los demás», agrega Olli Sirén, también impulsor del movimiento.

Nada que ver con el sarcasmo escuchado de boca del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, cuando dijo aquello de que Finlandia no podía ser sede de la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria porque los finlandeses no saben absolutamente nada de gastronomía.

Platos caseros

Los clientes se arremolinan alrededor de dos pequeñas mesas colocadas en plena tienda de flores, en la floristería de Heli Simola, en medio de las flores multicolores y perfumadas. El olor que predomina, sin embargo, es el de la canela, por el crepe a la canela con salsa de chocolate y limón que está sirviendo. Ofrece también clásicos finlandeses, como albóndigas de carne acompañadas por jalea de arándano, además de paninis italianos, unos hojaldres llamanos Napoleón procedentes de Rusia y yogur turco. «Es una manera sencilla de hacer publicidad. La gente así conoce la tienda y espero que vuelvan pronto» a comprar flores, explica esta comerciante que no espera ganar dinero con Ravintolapäivä.

En el otro extremo de la ciudad, el olor del café recién hecho impulsa a parar en el pequeño apartamento lleno de encanto donde viven la chef por un día Mia Aspegren y su hijo Topi Ylitalor. Protegida del frío exterior, esta zona es muy popular entre las familias con niños. Mientras que los chavales juegan al Angry Birds en el dormitorio -el famoso juego inventado en Finlandia-, los padres se juntan en el pequeño salón donde, mientras hablan, degustan, espalda contra espalda, platos cuyo componente principal son los huevos: los hay en tortilla, en crepe o en quesadilla.

«Esta gente no se conoce entre sí. Estoy encantada de que sientan que pueden venir y que son bienvenidos en mi casa», dice la señora Aspergren mientras sirve con maestrilla una quesadilla.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo