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Crónica | acto contra la dispersión en Barañain

En memoria de Solaguren y por la libertad de todos los presos

Barañain acogió ayer un emotivo recuerdo a Karmele Solaguren, que falleció cuando iba a visitar a su hijo preso. Tras la manifestación se celebró un acto político, en el que Egin Dezagun Bidea reclamó la vuelta a casa de los encarcelados.

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Aritz INTXUSTA

La manifestación partió de la calle San Esteban de Barañain, donde vivió Karmele Solaguren, la madre de Ekain Guerra. «Herriak ez du barkatuko!», corearon al echar a andar. En la pancarta se leía «Acabemos con la dispersión. Euskal presoak, etxera!». En un primer momento había unas 400 personas, pero antes de llegar al frontón Retegi, donde tuvo lugar el acto político, ya superaban las 600. En el tiempo que transcurrió hasta comenzar las intervenciones y proyectar los vídeos, los 800 asientos que se habían preparado ya estaban prácticamente llenos. Eso sí, otros 102 se dejaron vacíos, uno por cada presa y preso político navarro.

Karmele Solaguren murió el 6 de diciembre de 2004, a los 57 años, cuando iba visitar a su hijo a la cárcel de Alcalá Meco; su esposo acabó gravemente herido. Ekain Guerra pasó dos años en la cárcel. Acudió al funeral de su madre esposado y unos meses después estaba libre y sin cargos. La historia de esta familia se volvió a teñir de luto poco tiempo después: en junio de 2007, el joven falleció en un accidente cuando regresaba en bici a su casa.

Los vecinos de Solaguren y su familia gritaron mientras avanzaban hacia el frontón: «Dispertsioa, hiltzalea!» y «Karmele, Sara, gogoan zaituztegu!». De esta forma recordaron también a Sara Fernández, de Iruñea, que falleció en otro accidente de tráfico cuando iba de visita a la prisión de Valdemoro.

El acto en el frontón se inició con la proyección de un documental que recoge los testimonios del sufrimiento de familiares de presas y presos políticos. Muchos de esos allegados salieron al escenario, donde recibieron un caluroso aplauso. «Como familiares, sólo deciros que os agradecemos con el alma todo el apoyo, toda la solidaridad y todo el cariño que nos dais día tras día», dijo una portavoz.

El acto continúo con la intervención de bertsolaris, hasta que se dio paso a Gloria Rekarte, ex presa y representante de Etxerat. «Dispersión, ni un minuto más, ni un accidente más», enfatizó, para después comenzar a nombrar a los navarros y navarras en prisión mientras las 102 sillas se fueron llenando con sus respectivos carteles.

El portavoz de Egin Dezagun Bidea, Fran Balda, cerró el acto lanzando un mensaje nítido: «La paz es muchas más cosas, y la paz que necesita este pueblo incluye, por supuesto, la vuelta a casa de todos los presos y refugiados». Asumió que los presos «no volverán por arte de magia», para añadir que «eso nos lo vamos a tener que pelear de nuevo en la calle», y emplazó a todos a continuar trabajando con firmeza en esa dirección.

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