Decenas de miles de rusos desafían a Putin y reclaman nuevas elecciones
La mayor manifestación opositora desde la década de los 90 denunció ayer en Moscú y en decenas de ciudades de toda Rusia el fraude en las elecciones legislativas y exigió la celebración de nuevos comicios parlamentarios, la liberación de los detenidos y la investigación de las irregularidades electorales. Más que por su número, las decenas de miles de participantes en las protestas suponen sobre todo un cambio en la actitud de la ciudadanía rusa.
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Decenas de miles de personas se manifestaron ayer en Moscú y en varias ciudades rusas para rechazar los resultados de las elecciones legislativas del 4 de diciembre en una movilización sin precedentes en la Rusia gobernada por Vladimir Putin. Las diferentes estimaciones de los grupos opositores calcularon entre 50.000 y 80.000 personas las que se movilizaron en Moscú, frente a las 20.000 del recuento policial.
Putin, llegado al poder en 2000, y primer ministro desde 2008, no había conocido tal nivel de rechazo popular. Incluso la cadena de televisión estatal, NTV, dio cuenta de «decenas de miles de manifestantes que no quieren revolución, sino elecciones justas, que son el mejor remedio contra las revoluciones».
La plaza Bolotnaia, donde pueden concentrarse hasta 30.000 personas, estaba llena y la multitud desbordaba ampliamente los puentes que cruzan el río Moscova, los muelles y las explanadas adyacentes.
«Devolvamos al país las elecciones», «Exijamos un nuevo recuento de los votos», «Rusia sin Putin», se leía en las pancartas. Varios representantes de la oposición se dirigieron a los manifestantes, en una dispar mezcla que iba desde la extrema izquierda a los liberales pasando por el movimiento nacionalistas «Los rusos».
«Vladimir Putin y Dmitri Medvedev han hecho hoy un descubrimiento muy desagradable para ellos. Rusia tiene un pueblo», afirmó Sergei Mitrokhine, del partido Iabloko.
Otro dirigente liberal, el ex ministro Boris Nemtsov, subrayó que «las decenas de miles de personas que se reúnen hoy aquí no dejarán que Putin y (el jefe de la comisión electoral) Vladimir Churov les roben 12 millones de votos». Añadió la exigencia de liberación de las 1.600 personas arrestadas desde las primeras manifestaciones del 5 de diciembre, el fin de la censura y la organización de nuevas elecciones.
El despliegue de policías también fue inusual, con centenares de camiones de las unidades antimotines y furgones celulares, junto al Kremlin, la sede del FSB (antigua KGB),en la plaza Lubianka, la plaza Pushkin y en los puentes sobre el Moscova.
Las protestas se reprodujeron en decenas de ciudades por toda la geografía rusa. En San Petersburgo 10.000 personas gritaron «Rusia será libre» o «Putin, ladrón». Una decena de manifestantes fueron detenidos.
Varias horas antes que en Moscú, teniendo en cuenta la diferencia horaria, comenzaron las manifestaciones en Siberia y el extremo oriental, con temperaturas de hasta -20º. Varios miles de personas se manifestaron también en los Urales, sobre todo en Ekaterinburgo y Novosibirsk.
Tras el éxito de la protesta, los grupos opositores han previsto una nueva movilización para el 24 de diciembre. Según el Ministerio del Interior, unas 230 personas fueron detenidas en todo el país.
La única reacción oficial a la protesta en Moscú contra el fraude electoral fue la de un responsable del partido Rusia Unida, Andrei Issaiev: «No es mucho para una ciudad de varios millones de habitantes. Sin embargo, vamos a analizar cuidadosamente los motivos de descontento». Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión Electoral Central, Stanislav Vavilov, afirmó que las acusaciones lanzadas por los manifestantes no tienen fundamento. Vavilov anunció que el viernes se firmó el acta que reconoce las elecciones como válidas «y no hay motivo para hacer otras valoraciones. No hay motivos para revisar los resultados de los comicios». El diario oficial ruso publicó ayer los resultados que dan a Rusia Unida el 49,32% de los votos y una mayoría absoluta de 238 escaños sobre 450. Los observadores de la OSCE detectaron «frecuentes irregularidades y serios indicios de relleno de urnas». Según la ONG «El observador ciudadano», el resultado real del partido gobernante sería unos 20 puntos inferior al que reflejan las cifras oficiales. Putin acusó el jueves a Washington de haber fomentado el movimiento de protesta, «una situación de caos que costará cientos de millones de dólares». GARA