El retraso de las negociaciones sobre el clima hace temer otro fracaso
Horas después de la hora oficial del cierre de la cumbre sobre el cambio climático que intenta acordar algún compromiso para limitar el calentamiento del planeta, las delegaciones que aún quedaban en Durban seguían intentando cerrar un acuerdo que pudiera salvar la reunión. La presidencia sudafricana presentó un borrador pero aún se mantenían las diferencias sobre los compromisos, los plazos y el fondo de ayuda a los países más empobrecidos.
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Mientras los trabajadores desmontaban paneles y carteles y varios delegados habían partido ya hacia sus países, seguían ayer las discusiones en la conferencia sobre el cambio climático en Durban, Sudáfrica, en un intento de salvar un texto que pudiera justificar los trece días de negociación sobre un calendario de acción contra el calentamiento global.
La cumbre que debía haber acabado el viernes continuaba con una representación reducida de los países. La ministra sudafricana de Asuntos Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane, que preside la conferencia pidió «un conjunto de decisiones equilibradas y creíbles». «No es no perfecto, pero no dejemos que la perfección sea enemigo del bien», defendió su borrador.
El objetivo de la cumbre es limitar el aumento de la temperatura del palneta a +2°C. el proyecto de texto debatido durante la jornada de ayer plantea un compromiso para «todos los países», contrariamente al protocolo de Kioto que sólo se refiere a los industrializados y que se adoptaría en 2015. Pero la fecha de su entrada en vigor y su carácter jurídico provocaban aún los recelos de varias delegaciones. «Veo muchas convergencias. Eso puede tomar más el de tiempo que lo que desearíamos, pero vamos probablemente a terminar las negociaciones» por la tarde, afirmó el Brasileño Luiz Alberto Figueiredo en un alarde de optimismo.
Sin embargo, por la noche seguían las discusiones. Y eso a pesar de que muchos ministros, negociadores o militantes de ONG ya habían abandonado el centro de conferencias para coger un avión.
Los que quedaban mostraban nerviosismo por el retraso de las discusiones pudiera impedir el acuerdo final. También se recordó la suspensión pura y simple de las negociaciones como sucedió durante la Conferencia de La Haya, en 2000.
El lanzamiento de una hoja de ruta hacia un tratado global es la condición impuesta por los países europeos para reanudar nuevos compromisos en el marco del protocolo de Kioto y así mantenerlo con vida.
Es el único tratado vinculante sobre el colima, cuyo primer periodo de aplicación concluye a finales de 2012 y supone una fuerte carga simbólica para los países en desarrollo. El texto que se negociaba recogía la necesidad de aumentar el nivel de ambición en los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero, todavía insuficientes. Según un estudio presentado esta semana, el mundo está aumentando su temperatura global en 3,5°C, lejos del objetivo de los 2ºC.
También está sobre la mesa la creación de un fondo para ayudar a los países pobres a hacer frente al cambio climático. Pero su financiación está aún en el aire, cuando aún no se han cumplido compromisos anteriores y más aun ante la crisis económica que hace que los estados releguen los objetivos ambientales a un segundo plano.
Los cuatro textos son el borrador de enmienda del Protocolo de Kioto, un borrador de modificaciones en el sistema que rige a los países de la Convención, otro sobre el Fondo Verde para el Clima y el encaje de todos estos mecanismos en un marco legal.
La Agencia para la Seguridad Nuclear e Industrial de Japón confirmó ayer que se ha registrado una fuga de agua radiactiva en el interior del reactor 3 de la central de Genkai, según un responsable de dicho organismo, Tetsuya Saito. Cerca de 1,8 toneladas de agua con materiales radiactivos podrían haberse filtrado. «La causa de la fuga aún se desconoce», afirmó Saito, quien agregó que «la Compañía Eléctrica Kyushu está investigándolo ahora». La planta de Genkai, situada en el suroeste del país, permanecía cerrada desde que se iniciaran los trabajos de mantenimiento en diciembre del pasado año.
El viernes la Compañía Eléctrica Kyushu ratificó en un comunicado haber detectado una subida de temperatura en la base de uno de los surtidores que había desatado la alarma, si bien no mencionaba escape alguno. Tras la crisis nuclear en la central de Fukushima, provocada el pasado 11 de marzo tras el terremoto y posterior tsunami que asoló la costa noreste del país, cualquier anomalía registrada en una planta nuclear se convierte en un asunto de gran importancia, en un contexto de creciente escepticismo sobre la seguridad de las centrales. GARA
Mashabane fue señalada como responsable de la lentitud de los progresos en la conferencia, que, 24 horas después de su clausura oficial, no tenía visos de acabar. La ministra no entregó las propuestas de texto a los ministros hasta la noche del viernes.
