Los inversores volvieron a encontrar motivos sólidos para vender sus acciones. El primero, la nueva negativa de Alemania a ampliar el Fondo de Rescate, un mecanismo que muchos expertos consideran vital para asistir a los estados con problemas y que podría convertirse en un arma ineficaz a las primeras de cambio. Por este motivo, el presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, mantiene la petición para su urgente adecuación al tamaño del reto. De otra parte, las agencias de calificación siguen con su lluvia diaria de avisos, rebajas de notas y advertencias a toda Europa, sean estados, entidades financieras, comunidades autónomas o diputaciones. Así, Moody's avisaba de una próxima rebaja de calificación de la nota a ocho bancos españoles. Un día antes Fitch había dicho que la cumbre no ha aportado soluciones integrales. Los leves apuntes de mejoría en la subasta de deuda en el Estado español y en la confianza inversora alemana no bastaron para evitar los números rojos. El Ibex cedió un 0,63%, hasta los 8.327,80 puntos. Del resto de Europa sólo se desmarcó Londres (+1,15%), ya que París (-0,35%) y Fráncfort (-0,19%) terminaron a última hora a la baja. En el Ibex, los dos grandes bancos, BBVA (-2,30%) y Santander (-1,47%), protagonizaron el lado de las caídas. Además, Sacyr, el peor, cayó un 3,50%, y Caixabank, un 2,34%. En el otro lado, Repsol (+1,99%) lideró a los ganadores. En París también hubo castigos para los entidades financieras: Société Génerale perdió un 4,73%, Axa un 3,35%, y BNP Paribas un 2,53%. Los títulos de EADS (+2,68%) fueron los mejores de la sesión.