Ofensiva turca contra la ley francesa sobre el genocidio armenio
Miles de checos despidieron a Vaclav Havel, el último presidente de Checoslovaquia y el primero de República Checa, en las calles de la capital, y llevaron el ataúd con sus restos mortales hasta el Castillo de Praga, donde estará la capilla ardiente hasta mañana. El presidente checo, Vaclav Klaus, pidió a los ciudadanos que la era de Havel continúe.
GARA | PARÍS
Turquía lleva a cabo una ofensiva una global contra la proposición de ley que penaliza la negación del genocidio armenio que se debate hoy en el Estado francés. El proyecto, que ha causado una crisis en las relaciones bilaterales, prevé un año de prisión y 45.000 euros de multa en caso de negación del genocidio. París reconoció en 2001 el genocidio de la población armenia llevado a cabo entre 1915 y 1917 por el Estado otomano, que dejó 1,5 millones de muertos según los armenios.
El partido que gobierna Turquía, AKP, y los dos principales grupos de oposición calificaron de «error histórico, inaceptable y grave», la iniciativa de los legisladores franceses e invitaron a París a reflexionar sobre su pasado colonial, sobre todo en Argelia, «antes de hacer juicios históricos». El presidente turco, Abdullah Gül, pidió al Gobierno galo que renuncie a la iniciativa y el ministro de asuntos Europeos, Egemen Bagis, advirtió de la posibilidad de que los ciudadanos turcos pueda boicotear los productos franceses.
El jefe de la diplomacia turca, Ahmet Davutoglu, aseguró que Nicolas Sarkozy había prometido al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, que abandonaría el proyecto, pero ayer Sarkozy se negó a atender las llamadas telefónicas de Abdulah Gül. «No hemos recibido ninguna respuesta de Sarkozy desde hace dos días», indicaron fuentes de la Presidencia turca.
Los medios de comunicación turcos acusan a Sarkozy de querer instrumentalizar el genocidio ante las elecciones presidenciales.