cRÓNIcA | paro de 24 horas en el suburbano
Ni grandes aglomeraciones ni alteraciones en la huelga del metro
La dirección de Metro Bilbao situó la incidencia de la huelga en el 20%, aunque el comité la elevó al 85%, teniendo en cuenta la plantilla que paró y no fue sometida a los servicios mínimos. La realidad es que ni hubo grandes aglomeraciones ni alteraciones del servicio.
Juanjo BASTERRA
Normalidad. Es la descripción más adecuada para calibrar el efecto de la huelga de 24 horas en Metro Bilbao en una jornada tan importante en afluencia de personas a Bilbo por la celebración de Santo Tomás. La huelga, acordada de forma casi unánime por las asambleas de trabajadores, fue secundada, según datos del comité, por el 85% de la plantilla, teniendo en cuenta que los servicios mínimos previstos supusieron el 48%. La dirección ofreció el dato del 20% sobre el total de la plantilla.
Quienes utilizaron ayer el metro reconocieron que, «siendo el día de Santo Tomás, es normal que en determinados momentos vaya más llena cada una de las unidades», pero admitieron que «la normalidad es la tónica dominante», según reconocieron varias personas a este diario en la estación de San Mamés. Es más, en la de Deusto, una señora mayor explicó que «si hubieran retirado los rótulos luminosos de la huelga, no hubiera habido tanto vigilante de seguridad y ertzainas dentro de la estación ni nos hubiéramos enterado de la huelga». La realidad es esa, puesto que con unos servicios mínimos que llegan a casi la mitad de la frecuencia -en algunos momentos la superaron-, no se notó, en general, la menor aglomeración. También, como reconoció el consejero delegado de Metro Bilbao, Iñaki Prego, «se han utilizado vías alternativas para llegar a Bilbao», dado que por la mañana ofreció el dato de que pasaron un 60% de los pasajeros de un día normal. El alcalde de Bilbo, Iñaki Azkuna, pidió a Prego que «tenga menos prepotencia y haga más gestión», a la vez que criticó a los huelguistas porque «perdieron una oportunidad de quedar bien, si hubieran desconvocado la huelga».
Igual que en las doce jornadas de paros parciales, el comité aseguró que «no ha habido incidentes». La dirección de Metro Bilbao llenó la estaciones de ertzainas y de vigilantes de seguridad, tanto dentro como fuera de las estaciones custodiadas por furgonetas que el Departamento de Interior puso a disposición del Metro. Sólo se produjo un incidente cuando varios fotógrafos y alguna periodista radiofónica, por la mañana, intentaron hacer su labor y los vigilantes de seguridad se lo impidieron por la fuerza. La dirección de Metro Bilbao adujo esa situación a la necesidad de «preservar la seguridad de los fotógrafos». Un argumento desechado, porque, en ningún momento hubo tal necesidad.
Prohibido el acceso
El asunto más grave ocurrió cuando el comité de huelga intentó acceder a las instalaciones de control de Metro Bilbao para conocer in situ la situación de la huelga. Una dotación de la Brigada Móvil de la Ertzaintza impidió el acceso a sus miembros, por lo que anunciaron la interposición de sendas denuncias en la Delegación de Trabajo por impedir la labor del comité y también estudian la presentación de una demanda judicial por la gravedad de la situación, como explicó Rafa Valencia, presidente del comité y miembro de ELA.
En este sentido, Raúl Méndez, de LAB, explicó a las puertas de las oficinas centrales, custodiadas por la Ertzaintza, que «se han vulnerado nuestros derechos» y respondió al consejero delegado de la compañía, Iñaki Prego, quien minutos antes anunció que acudirán a los juzgados para que diriman si hay incumplimiento de los acuerdos firmados con los representantes de los trabajadores.
A juicio del representante de LAB, «la dirección y las instituciones nos llevan amenazando demasiado tiempo, mientras que nosotros apelamos al diálogo. La amenaza es intentar judicializar las relaciones laborales. Es su decisión». Recordó que «hemos tendido la mano, hemos hablado de conciliación. Hemos propuesto que necesitamos una persona externa que nos ayude a recuperar las relaciones laborales en la empresa, pero no lo aceptan».
También dejó claro, en contra de lo que dijo Prego en rueda de prensa, que «nos plantean un árbitro para solucionar un punto, pero nosotros queremos que cumplan lo firmado, que es más que eso». Pero, en el fondo del problema, están «unas relaciones laborales basadas en la imposición, no en la conciliación que es lo que proponemos. Ese es el problema y la solución debe llegar sobre esa línea», dijo.
Rafa Valencia, presidente del comité de empresa de Metro Bilbao, recordó que «el conflicto sigue abierto», por lo que el próximo mes de enero continuarán las movilizaciones «ante la intransigencia de la dirección».
El comité ha presentado sendas denuncias en la Delegación de Trabajo y ante los juzgados porque la dirección impidió al comité de huelga el acceso a la zona de control en las oficinas centrales. La Ertzaintza le impidió el paso.
48%
Los servicios mínimos alcanzaron al 48%, aunque la dirección dijo que alcanzó al 56%, porque tres conductores se incorporaron de forma voluntaria. Fue un porcentaje elevado, según el comité.
Según explicó en rueda de prensa Iñaki Prego, consejero de Metro Bilbao, por la mañana se produjo un 64% del tráfico de pasajeros en relación a otro día. «Han utilizado vías alternativas»