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copa | Los rojillos, a octavos

Lo justo para superar el trámite

Osasuna hizo valer el contundente resultado de la ida (1-3) para certificar su clasificación. El Sadar acogió un encuentro soporífero, en el que unos no quisieron y otros no pudieron, y que sólo se animó en la media hora final, cuando también llegaron los goles.

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OSASUNA 1

 ALMERÍA 1

Amaia U. LASAGABASTER

Pocos días después de que Tajonar acogiera una jornada de orgullo rojillo, con la celebración del Día de la cantera, en el Sadar se vivió anoche una demostración aún más considerable de compromiso osasunista. Porque sólo un amor mayúsculo por los colores puede explicar que las gradas no estuvieran desiertas para cuando Roland Lamah puso la puntilla a la eliminatoria.

Y es que el encuentro que protagonizaron Osasuna y Almería solo vale clasificarlo en la carpeta de tostonazos. No es que se esperase el partido del siglo, con la cuestión solventada desde la ida, pero había mucho término medio con el que se podía haber dado la noche por buena. No, fue el caso de la alternativa planteada por un equipo que no pudo y otro que no quiso, al menos durante una hora larga, a la que le faltó poco para convertir los cánticos de la grada, que pese a todo no faltaron, en un certamen de bostezos corales.

Lo de los rojillos fue comprensible, al menos en cierta medida. Con el resultado de la ida asegurando la presencia del equipo en octavos, estaba permitido limitarse a guardar la ropa. Pero también cabía esperar que la presencia en el once navarro de un buen número de futbolistas sin excesiva presencia en los planteamientos habituales de José Luis Mendilibar se tradujera en un equipo con, cuando menos, hambre. No fue así, o no al menos hasta la recta final del choque.

El Almería tampoco contribuyó en exceso a animar la noche. Igualmente comprensible porque había que tener mucha convicción para creer en la posibilidad de la remontada. Pero a los andaluces les tocaba intentarlo. Lucas Alcaraz puso su granito de arena con un once más liguero que el de la semana pasada y los hombres que saltaron al campo, empleándose con algo más de empeño que su anfitrión. Tampoco es mucho decir y, de hecho, la inquietud llegó con cuentagotas a las inmediaciones de Asier Riesgo. Aunque lo hizo en mayúsculas. Goitom se está preguntando todavía cómo envió a las nubes la única ocasion de su equipo en el primer tiempo, a los diez minutos de comenzar, cuando controló el balón en el área con todo a su favor para rematar a gol.

A los iruindarras les costó reaccionar al susto, pero con el paso de los minutos consiguieron, al menos, hacerse con la posesión e imponer el ritmo. Sosete, la verdad, lo que hizo que se llegase al descanso sin más sobresaltos. Aunque también sin llegadas al área visitante. Apenas un par de intentos de Lekic que quedaron en nada.

Sustos y polémicas

La segunda parte comenzó por derroteros similares. Es decir, con ocasión inicial para los andaluces. Con ocasiones, en realidad, y más considerables aún que las del primer tiempo. Apenas habían transcurrido veinte segundos cuando Goitom envió un cabezazo al larguero y diez minutos después era el árbitro el que acababa con la ilusión almeriense, al anular un gol olímpico de Aarón por supuesta falta a Riesgo.

Claro que Osasuna tuvo motivos de queja, casi de inmediato, con una mano de Acasiete que el árbitro no vio. La acción, al menos, sirvió para despertar a los rojillos. Aunque es probable que fuera aún más determinante la entrada de Lamah al campo. O al menos coincidió con la media hora final, en la que los aficionados sí tuvieron motivos para regresar sonrientes a casa. Pese a algún otro susto -como la cantada de Riesgo que Soriano, quizá sorprendido, envió a las nubes cuando se encontraba en posición inmejorable-, esta vez fue la portería visitante la que se sintió más amenazada. Y la que acabó siendo batida, a diez minutos del final, cuando Roberto Torres robaba un balón para conducir el contragolpe y abrir para que Lamah anotara el 1-0 batiendo a Diego por bajo.

El Almería sacó fuerzas de flaqueza para anotar el de la honrilla -un cabezazo de Goitom en saque de esquina-, pero el billete para octavos de final ya tenía dueño. Osasuna tiene otro motivo para celebrar a lo grande las fiestas navideñas.

 

RAOUL LOE

El jugador quedó fuera de la convocatoria, tras haber visto su quinta amarilla con el filial el pasado sábado. Osasuna había recurrido la misma pero, confirmada la sanción, y por la norma que ha entrado en vigor esta temporada, no podrá juga con el primer equipo hasta que no cumpla su sanción con el filial.

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