El alcalde de Baiona, Jean Grenet, pretende reducir el déficit con el que habitualmente finalizan las fiestas imponiendo una tasa especial para poder disfrutar de las mismas. «Tanto los ciudadanos que pagan impuestos como aquellos que vienen a fiestas de otras localidades deberán compartir los gastos», anunció la semana pasada.

El déficit anual es de 750.000 euros. Para cubrirlo, Grenet ha pedido a una comisión extramunicipal que estudie distintas vías de financiación, entre las que se baraja el pago de un euro por persona a modo de entrada.

Esta comisión hará públicas sus conclusiones en los próximos meses. Desde la Alcaldía se apresuraron a afirmar que aún no hay nada decidido. «Debemos estudiar si técnicamente es posible», señalaron.

El tema recobró actualidad cuando en los tradicionales actos de fin de año, Grenet resaltó que «en Baiona no hay casinos para aportar tres millones de euros. Las fiestas, con un presupuesto de 1,5 millones de euros, y las corridas de toros, con una partida anual de 400.000 euros, son deficitarios, por lo que debemos reducir gastos».

El 4,5% de los impuestos que paga cada baionarra se destina a cubrir los gastos de las fiestas.

El posible pago de una entrada festiva ha provocado un profundo debate en la capital labortana. Muchos ven esta iniciativa un reparto equitativo porque «mucha gente de fuera de la ciudad se beneficia de las fiestas, mientras que los residentes se ven obligados a marcharse. Es normal que los de fuera corran también con los gastos», señaló un vecino de Baiona.

Reparto «injusto»

Orai Bat, una de las asociaciones más implicadas en la organización de actos durante las fiestas, advirtió de que «si las cosas siguen así, nos vamos a estrellar contra un muro». El problema, según su presidente, Iñaki Serrada, no es meramente económico y criticó el modelo de fiestas que defiende Grenet, que tildó de «insostenible».

«Han diseñado las fiestas para que venga mucha gente de fuera, pero llega un momento en el que se pierde el control de la situación. Para hacer frente a esta situación es necesario establecer un sistema de seguridad y todo ello tiene un elevado coste», subrayó. De hecho, de los 1,5 millones de euros que cuestan las fiestas, solo 450.000 euros se destinan a la contratación de animaciones.

Serrada propuso cambiar la fecha de las fiestas y denunció el injusto reparto de los gastos.

Por su parte, Laurent Roux, miembro de la comisión extramunicipal de fiestas y presidente de las asociaciones, lamentó que solo se hable de los problemas derivados de las fiestas.

«La Alcaldía no menciona lo que se cobra. Muchas peñas no participan en la animación de las calles, pero ganan dinero. Desde el Ayuntamiento se debería controlar más a las asociaciones que operan durante las fiestas», indicó.