El montañero navarro José Manuel Altuna, de 53 años, falleció el sábado cuando ascendía al pico Aspe (2.250 metros) por la cara sur, la ruta más habitual. Altuna se precipitó más de 300 metros por «una zona abrupta, rocosa y sin nieve», según indicó el grupo de rescate. Su cadáver fue trasladado al tanatorio de Huesca, desde donde se llevó luego a Iruñea.

Altuna era muy conocido tanto por su afición a la montaña, su pasión por el deporte y los Sanfermines, por su labor como socio de la peña La Jarana como por su actividad profesional.

Junto a dos hermanos era propietario de la empresa de Transportes Altuna que fundó su padre en 1950. Aunque en los inicios se dedicaba a la recogida de leche por el valle de la Ultzama, en la actualidad está volcada en el transporte internacional. Entre 1995 y 1997 fue presi- dente de la asociación de transportistas de Nafarroa Tradisna. También fue miembro de la Cámara de Comercio y presidente del consejo de Ripa.

Como activo miembro de La Jarana, Altuna impulsó un grupo de montaña que, a partir de ahora, llevará su nombre. La peña sanferminera expresó su dolor en un sentido mensaje colgado en su página web. En él recordaba su plena disposición a trabajar en todas y cada una de las actividades de la peña no solo en Sanfermines, sino también durante el resto del año.

«En los últimos años se había convertido en una de las almas fundamentales de la Carrera del Encierro. Su experiencia, sentido común y ganas eran fundamentales para sacar adelante esta carrera popular que es una de las aportaciones más importantes de la peña a la ciudad y aperitivo del Bombo de la Jarana que se entrega el día del socio, día al que raramente faltaba», destaca la peña.

«José Manuel tenía la difícil cualidad de estar en misa y replicando ya que no dudaba en vestirse de corto para participar en la carrera que había co-organizado. De hecho, era un asiduo de las carreras de resistencia y a las marchas montañeras. Ultimamente soñaba con París, con una carrera especial. Pero el Aspe se cruzó en su camino. Falleció haciendo lo que más le gustaba y por lo único que quizás hubiera dejado unos Sanfermines: el monte», resaltó.

La Jarana remarcó también su «ilimitado» compromiso con el trabajo en común. «Han sido más de veinte años azules [el color de la peña] que disfrutó minuto a minuto. Lo mismo llevando los palos que cogiendo el micrófono en un acto público, o entre pucheros o en las clases de baile». Por todo ello, la Junta Directiva decidió «en una de sus reuniones más tristes y sentidas» poner su nombre al grupo de monte de la peña, creado recientemente y con el que el propio Altuna subió hace escasas semanas a Izaga. «Una cima quizás minúscula ante las cumbres que solía ascender», entre las que se incluyen Himalaya, Alpes y una travesía por Laponia.