La Liga Arabe se da más medios para maquillar su fracaso en Siria
La Liga Árabe acordó ayer mantener en Siria su misión y aumentar el número de observadores, después de presentar un primer informe en el que constata que persiste «la violencia» en ese país árabe, con lo que admite indirectamente que sus esfuerzos han fracasado. La delegación de observadores, que ya suman 163, seguía ayer sus labores en Siria «sin inconvenientes y de acuerdo con el plan trazado». Este fin de semana visitaron hospitales en varias provincias.
GARA | EL CAIRO
En una reunión en la sede de la organización panárabe en El Cairo, el grupo de contacto para Siria de la Liga Arabe decidió dar más tiempo a los observadores para que «completen su labor» e incrementar la ayuda destinada a la misión.
Los miembros del grupo, formado por seis países árabes y presidido por Qatar, hicieron hincapié en «la importancia del apoyo político, financiero y logístico», por lo que pidieron a sus países miembros que aumenten su ayuda, según un comunicado oficial emitido tras la reunión. Asimismo, decidieron ampliar el grupo de observadores desplegados sobre el terreno, que está compuesto por 150 personas.
En una rueda de prensa, el ministro de Exteriores qatarí, Hamad bin Yasim bin Yaber al Zani, insistió en que la continuación de la misión está vinculada con «la aplicación total y de inmediato del Gobierno sirio de sus compromisos dentro del plan de trabajo árabe». La iniciativa árabe estipula el cese de la violencia, la retirada de las tropas de las ciudades y la liberación de los detenidos durante la revuelta, entre otros puntos.
Según dijeron fuentes diplomáticas con acceso al informe de los observadores presentado ayer, este ratifica que «las violaciones de derechos humanos continúan» en Siria, al igual que los «asesinatos» y la presencia de «fenómenos armados».
Los observadores, que comenzaron a desplegarse en Siria el pasado 22 de diciembre, han podido ver cadáveres con sus propios ojos y vehículos del Ejército desplegados en la mayoría de las ciudades visitadas, en incumplimiento del plan árabe.
Al Zani aseguró que «hay un avance parcial aunque no se respetan los artículos del protocolo» en Siria, y expresó su esperanza de que «el Gobierno sirio tome pasos decisivos para detener el baño de sangre».
Ayer la comisión ministerial para Siria también decidió que Al Arabi se ponga en contacto con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, para tratar la situación de la misión.
Fuentes diplomáticas habían informado con anterioridad de que durante el encuentro afloraron diferencias entre los miembros del grupo, ya que algunos se mostraron partidarios de la participación de la ONU en la misión mientras otros rechazaban esta posibilidad.
En este sentido, Al Arabi subrayó en la rueda de prensa junto al jefe de la diplomacia qatarí que «la solución a la crisis (en Siria) debe darse en el marco árabe».
Al Zani indicó al respecto que no se ha aprobado el envío de miembros de la ONU a Siria, sino que «hay un acuerdo para que (este organismo) ofrezca entrenamiento a la misión de observadores árabes».
El grupo de contacto para Siria pidió al Gobierno sirio y a los distintos grupos armados que detengan de inmediato todo tipo de violencia y, a la oposición, que presente su visión política sobre la próxima etapa.
El jefe de la misión, el general sudanés Mohamed al Dabi, presentará un nuevo informe a finales del primer mes de trabajo al secretario general de la Liga Arabe, Nabil al Arabi, quien lo remitirá al grupo de contacto.
Mientras las reuniones de la Liga Arabe se celebraban en El Cairo, la violencia volvió a sacudir Siria, donde 20 personas fallecieron a manos de las fuerzas leales a Bashar al Assad, la mayoría en la provincia de Homs, según la oposición. En ese contexto, el llamado Ejército Libre Sirio anunció que sus brigadas lanzaron ayer dos ataques «contra las fuerzas del régimen» en las provincias de Deraa y de Deir al Zur, sin precisar los daños causados. Explicó que el dispositivo militar desplegado en dichos puestos «humillaba a los ciudadanos y les limitaba la libertad de circulación». GARA