«Aita, ¿cómo ha terminado el partido?», le pregunta el hijo. «Cero a cero», le responde. «¿Y en la primera parte?». Pues el encuentro de ayer acabó también como el chiste, cero a cero, pero nada tuvo que ver el empate sin goles de la primera parte con el de la segunda. Gustó y se gustó el Athletic en los iniciales cuarenta y cinco minutos, en el que los rojiblancos estuvieron más cerca del gol que los celestes; pero se desdibujaron en los segundos y la impresión es que estuvieron más cerca de salir derrotados que victoriosos, así que las tablas se antojaron justas para lo visto. Un punto que sabe a poco o casi a nada, porque fue otra concesión más de ésas de las que avisó Marcelo Bielsa el sábado.

Dos nuevos bostezos, que diría Eduardo Galeano, esta vez en el marcador del Alfonso Pérez. Por segunda vez en una semana. Un resultado que evidencia las dos caras de este Athletic a estas alturas de temporada: sólido en defensa, romo hasta la exasperación en ataque. Dos centrales colosales, y que ayer lo volvieron a ser, como Javi Martínez y Amorebieta, con San José a su nivel cada vez que le dan minutos, y dos laterales, Aurtenetxe e Iraola, cumpliendo también. Pero inoperantes y desafortunados adelante como lo ilustró la carambola de Susaeta enviando el balón al larguero y de ahí a uno de los postes de los madrileños. Y con esos mimbres, lo lógico era un empate. A 5.50 euros por cada uno jugado se pagaba en las apuestas el gol en el Coliseum de Getafe minutos antes del descanso. Normal.

Se sigue sin ganar allí, otro partido más sin perder, otra vez la puerta a cero, pero lo peor es que los rojiblancos siguen sin dar ese salto clasificatorio que se retarda de manera preocupante. Pareció en la primera mitad que los de Bielsa habían recuperado ese poso característico esta temporada, ese control de la pelota y la fluidez en las llegadas, aunque fuera hasta la línea de tres cuartos del equipo rival. Pero todo eso en la segunda parte lo lapidó.

El Getafe saltó al césped tratando de disputarle la pelota al Athletic, con rápidas transiciones hacia la portería de Iraizoz. Situó a dos arietes en punta, Miku y Güiza, pero Bielsa optó por mantener la línea de cuatro atrás y no cambiar a la de tres centrales. Y le fue bien. El venezolano remató flojo de cabeza a las manos de Gorka a los dos minutos. Fue lo más peligroso que hicieron los locales y el único tiro entre los tres palos, eso sí, de ambos equipos en la primera mitad.

En ese toma y daca inicial, fue Iraola el que la volvió a tener, como en Albacete, tras finalizar mal y cruzado un balón que condujó al área Muniain tras una salida del equipo desde los pies de Iraizoz, digna del `Pep Team'. Sirvió esa malograda ocasión para que el Athletic se adueñara por completo del balón y del juego, con un Getafe esperando el robo para salir con velocidad a la contra.

El Athletic, una mala caricatura

Herrera y Muniain, por dentro, entre líneas, saboteaban el esquema azulón, llegando fácil arriba, combinando, pero, una vez más, errando el último pase. Sin fisuras atrás, sustentado en esa fortaleza, el Athletic jugaba hacia adelante hasta con comodidad, por mucho que Toquero apenas entraba en acción y De Marcos volvía a desaparecer como ante el Albacete. La tuvo Susaeta, también inmerojable, en el minuto 37 y se llenó de balón mandándola autografiada a algún aficionado rojiblanco de la grada. Y la tuvo Toquero en el 42 en una jugada casi cómica, impidiendo que un balón se fuera por el vértice del córner, perdiéndolo ante un defensa, robándoselo otra vez, penetrando en el área y centrando... ¿a dónde la centraste, ché? A nadie.

Dominio del Athletic, pero cinco tiros locales por tres visitantes, y en total solo uno entre los tres palos. En la segunda mitad no cabían más concesiones. Pero el que salió al abordaje fueron los excompañeros del Pirata Granero. Miku chutó alto en el 46, Casquero lamiendo el larguero en el 50, Rafa la tuvo a bocajarro y se le fue alta en el 51... El Athletic no daba una a derechas, perdiendo balones, errando pases, malgastando salidas... El choque se convirtió en un correcalles peligroso.

El Loco movió ficha, quitó al ausente De Marcos y metió a San José para jugar, ahora sí, con tres atrás. Lo agradeció Jon Aurtenetxe, que gozó de dos buenas ocasiones, pero cuyos disparos los blocó Moyá. Antes, Toquero, ojo al dato, en el minuto 57, protagonizaba el primer disparo a portería del Athletic en lo que iba de encuentro.

Los de Bielsa estaban, mediada la segunda mitad, más cerca de perder que de ganar. Dani Güiza, esa sombra de futbolista cuya película favorita es cualquiera de la saga de ``Torrente'', su actor favorito es Torrente y su actriz preferida «una que sale gritando ¡¡Torrente!!», estuvo a punto de liarla en sendas jugadas que un atinado San José secó de raiz.

La carambola de Susaeta

Tocaba mover más fichas y Bielsa dio entrada a Fernando Llorente. Era el minuto 64 de partido. El delantero regresaba seis semanas más tarde de caer lesionado. No contactó con su primer balón hasta cinco minutos después y por sus pies pasó un balón en el que pudo girarse dentro del área pequeña y rematar, pero pasó eso... de largo. Y poco más.

El protagonista iba a ser un negado Susaeta. Muy activo todo el partido, suya fue la mejor ocasión rojiblanca, cuando en el minuto 73 mandó un balón al larguero de Moyá y de ahí rebotó en un poste para salir en dirección opuesta a la red. Lo que le faltaba al gafado Markel. Definitivo, este equipo no la sabe meter. Y hasta en eso empataron ambos equipos, porque la réplica la dio Miku, en un cabezazo al travesaño a la salida de un córner, solo cinco minutos después. El choque iba a dar para poco más, salvo un disparo del inquieto Barreda que atajó bien Iraizoz. El correcalles de la segunda mitad acabó con reparto de puntos, octavo empate de los de Bielsa en Liga, y una jornada más sin olisquear puestos europeos. El jueves llega el Albacete en Copa y ahí sí que ya no vale con un empate a cero. Hay que marcar, sí o sí.