Tras su exclusión del Parejas y la posterior «rajada», había cierto interés en comprobar la respuesta de Sebastien Gonzalez en su vuelta a las canchas tras un mes fuera de las mismas y, lejos de reivindicarse, el de Azkaine evidenció aquello que muy probablemente le explicarían los rectores de su empresa cuando le dieron a conocer su decisión; que con el sistema actual, donde los resultados deportivos en competiciones oficiales solo se respetan en los semifinalistas, el estatus hay que trabajárselo a diario.

Con la lógica falta de ritmo por su inactividad, la intendencia le puso ayer enfrente a dos pelotaris que podrían servirle de ejemplo y el de Azkaine naufragó en ambas comparaciones. En los cuadros alegres, Aspe programó la lucha entre los dos mejores voleístas del cuadro profesional y Joseba Ezkurdia fue superior en esa especialidad y en el resto de facetas del juego; pegó más, terminó con más eficacia, sacó mejor y cometió menos errores.

El calendario ha concedido al neoprofesional de Arbizu -fuera del Parejas de promoción- la posibilidad de disputar una serie de cuatro estelares con rivales de primera línea y el de la Sakana lo está aprovechando de maravilla. Cayó por un solo tanto ante Idoate y, con todos los condicionantes que se le quieran poner a las actuaciones de sus rivales, ya ha conseguido victorias convincentes ante rivales como Retegi Bi, Martínez de Irujo y el propio Gonzalez.

Sólido Pascual

Sin un ranking o clasificación que justifique las decisiones de los técnicos de las empresas, todas las elecciones son susceptibles de ser motivo de discusión e Iñigo Pascual podría haber tenido los mismos motivos de queja que Gonzalez cuando se vio fuera de un torneo en el que ha sido un habitual.

El de Abartzuza estaba preparado para la que es su cita del año pero, lejos de venirse abajo, aceptó la decisión y se ha dedicado a cumplir las misiones que le han sido encomendadas. La más importante ha sido la de guiar los primeros pasos en el profesionalismo de Joseba Ezkurdia y el zaguero está cumpliendo su tarea a la perfección.

Como en los cuatro partidos precedentes, el zaguero de Abartzuza fue muy superior a su rival, un Miguel Merino al que le enseñó la espalda en todo momento, al margen de sumar cuatro tantos y otros tantos errores, con lo que Joseba Ezkurdia tuvo pelota para disfrutar y para volver a demostrar las enormes cualidades que ya había mostrado en el campo aficionado.

Gonzalez, por contra, estuvo a años luz de su potencial real, con solo dos tantos conseguidos en juego, por cinco errores, con lo que naufragó en su propósito de enmienda y el partido se quedó en nada. No obstante, lo de ayer no fue más que un festival de relleno y tampoco hay que dramatizar, pero son estas citas aparentemente banales las únicas oportunidades que tendrá Sebastien Gonzalez para recuperar su estatus perdido.