El vecino de Balmaseda Rubén Rivero, de 29 años de edad, y el joven del barrio bilbaino de Errekalde Iñigo Sancho, de 30, son los detenidos el sábado en el Estado francés junto al vecino de Gasteiz Jon Etxebarria. Ayer permanecían aún en la comisaría de Auxerre, a la espera de su traslado a París.

El arresto de estos tres ciudadanos vascos se produjo sobre las 18.00 del sábado en la estación ferroviaria de Joigny, en el pepartamento de Yonne. Al parecer, según la versión policial difundida, los agentes de la Policía Judicial francesa detectaron a Etxebarria, debido a la información entregada por agentes de la Guardia Civil, en la estación parisina de Bercy y procedieron a su detención al observar que este se reunía con dos hombres en la localidad borgoñona de Joigny.

Las agencias españolas señalaban, citando «fuentes de la lucha antiterrorista», que las tres personas arrestadas iban armadas y que el vehículo localizado por los gendarmes en el aparcamiento de la estación de Joigny contaba con matrículas falsas.

Asimismo, los medios insistían en que los arrestados tenían en su poder diversos materiales para la fabricación de artefactos explosivos. En concreto, según apuntaban, se trataba de resina de cristal, epoxy y circoflex.

Del mismo modo, entre las pertenencias halladas afirman haber encontrado DNI falsos, seis tarjetas de identificación de la Guardia Civil, un documento portugués, un documento francés, un teléfono móvil sin batería y dinero en metálico.

Según la versión policial difundida por los medios, los tres ciudadanos vascos arrestados estarían encuadrados dentro del aparato logístico de ETA.

Nada más producirse los arrestos, el portavoz del Ministerio del Interior francés, Pierre-Henry Brandet, indicó que uno de los detenidos era sospechoso de haber participado en el tiroteo ocurrido el 16 de marzo de 2010, en Dammarie-Les-Lys y en el que perdió la vida el policía francés Jean-Serge Nérin. El sábado no se precisó cual de los tres detenidos estaría implicado, pero ayer las especulaciones señalaban a Jon Etxebarria.

Advertencia

Esta operación policial contra militantes de ETA, además de ser la primera en suelo francés desde que esta organización anunciara el pasado 20 de octubre el cese definitivo de su actividad armada, también es la primera desde que el PP accediera al Gobierno español.

Ayer el ministro de Interior español, Jorge Fernández Díaz, se estrenaba apuntando que «la operación es fruto del control de probables lugares de movimientos y encuentros de miembros de ETA en Francia, datos obtenidos de labores de análisis y basados en la experiencia en la lucha contra la banda terrorista».

El consejero de Interior de Lakua, Rodolfo Ares, también salió a la palestra para advertir de que la operación policial sigue abierta y congratularse por la misma.

El titular de Interior, que fue entrevistado en la Cadena Ser, alertó de que «mientras ETA no desaparezca y haya terroristas reclamados por la Justicia, los cuerpos y fuerzas de seguridad seguirán haciendo su trabajo para detenerlos y llevarlos antes los tribunales».

El consejero de Interior hizo estas declaraciones el mismo día en el que se retiraba la seguridad personal a una treintena de viceconsejeros, dentro del plan de reestructuración de los servicios de seguridad que viene realizando su departamento tras el anuncio de ETA.

La izquierda abertzale también valoró las detenciones y demandó al Gobierno del PP que no se obstine en «recetas fracasadas» y lo animó a encarar un proceso de soluciones y avanzar en el proceso de paz.

En la nota que hizo pública, la izquierda abertzale lamenta que en el nuevo tiempo político abierto tras el fin definitivo de la actividad armada de ETA, la respuesta de Madrid y París «siga siendo más represión y más bloqueo».

A su juicio, con esta estrategia ambos ejecutivos «dan la espalda a la mayoría social y política que demanda soluciones urgentes en clave de proceso». Asimismo, considera que «el inmovilismo de los estados está a día de hoy absolutamente deslegitimado» en Euskal Herria.

En este sentido, dicen ser «plenamente conscientes»de que ambos estados «solo modificarán su estrategia represiva en la medida que esta mayoría social y política vasca siga siendo capaz de hacer frente al inmovilismo».

«A mayor obstinación estatal en la represión y en el bloqueo, más sociedad vasca en busca de un marco democrático y de una solución integral del conflicto», añaden en la nota.