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Glenn Close: «No odio los Óscar»

Mateo SANCHO CARDIEL - EFE | DON0STIA

Cuando se piensa en las grandes injusticias de los Óscar, Glenn Close es uno de los primeros nombres que vienen a la cabeza, pero tras seis infructuosas nominaciones y con su interpretación en «Albert Nobbs» situándola de nuevo en la parrilla de salida, la actriz asegura: «No odio los Óscar». «Alec Baldwin me dijo una vez que antes la alfombra roja conducía a los Óscar pero que ahora los Óscar son conducidos por la alfombra roja. Para una mujer es terrible pensar en qué ponerse para la gala. Pero sería magnífico, un gran honor tener un Óscar», aseguraba Glenn Close a los medios en el pasado Festival de Donostia.

«Albert Nobbs» -que se estrena el próximo viernes en el Estado español- es la historia de una sirviente que, en plena Inglaterra victoriana, desafía los límites impuestos a su sexo y se viste de hombre para lograr sus metas.

«Mi personaje es una persona invisible en un trabajo en el que se le requería ser invisible. En la época victoriana, el servicio no tenían categoría de personas. No es solo una mujer fingiendo ser un hombre para trabajar, sino una mujer invisible para sí misma, que se siente un ser incompleto y que intenta emerger de su propio anonimato», resume la actriz.

Este personaje de género desdibujado es, literalmente, el papel de su vida, y con él Close optaba ayer a un Globo de Oro a la mejor actriz en la gala de estos premios, que se celebró ayer en Los Ángeles.

Lo retoma treinta años después de interpretarlo en el teatro, en una película que ella misma ha financiado y para la que hasta ha escrito la letra de la canción «Lay your head down», candidata también a un Globo de Oro.

«Desde el principio de mi carrera siempre me habían dicho que nunca invirtiera mi propio dinero en una película, pero quería que llegara el mensaje al público y era la única manera. Si lo recupero, lo volvería a hacer», asegura la actriz, que sirvió en bandeja el proyecto al director que le ha mantenido en activo en el cine en los últimos años, Rodrigo García.

Todo apunta a que volverá a verse las caras en los Óscar con su antigua compañera y rival, Meryl Streep. Ambas son las excepciones que confirman la regla de un Hollywood monopolizado por la juventud y excluyente con la madurez. «Yo hice mi primera película con 32 años. No sé si hoy se me darían las mismas oportunidades», reconoce Close, quien todavía recuerda con una sonrisa su primer día de rodaje en «El mundo según Garp» al lado de Robin Williams.

Casi treinta años después, ha pasado por épocas de olvido, de resurrección gracias a la serie de televisión «Daños y perjuicios» y no ha descuidado su pasión por el teatro, aunque le resulte «muy duro no pasar en casa seis de cada siete noches»

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