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Primer tropiezo liguero en El Sadar

Crónica de una derrota anunciada

De ser inexpugnable a encadenar dos derrotas consecutivas. Ese es el sino de El Sadar, quien tuvo que padecer ayer un encuentro infumable de los suyos, carente de llegada al área rival y sin tensión, aunque no muy diferente a lo vivido desde hace varias jornadas.

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OSASUNA 0

RACING 2

Natxo MATXIN

Quien más quien menos pensará que no tenía que haber sido el Racing -el más pobre que se haya podido ver en Iruñea en mucho tiempo- quien vulnerase la inexpugnabilidad liguera de El Sadar en lo que se llevaba de campaña. Pero el que haya seguido la reciente trayectoria rojilla no será ajeno al hecho de que esto se venía venir, que era una derrota anunciada.

Al Real Betis se le ganó con mucha fortuna tras poder hasta golear los verdiblancos en la segunda parte, el Málaga tampoco aprovechó sus ocasiones en propio feudo donde los navarros arrancaron un punto, se remontó ante el Villarreal en el último momento y en Donostia fue Andrés Fernández quien salvó a los de Mendilibar.

Con semejante bagaje, la suerte no iba a estar siempre de cara y algún día tenía que llegar el tortazo. Y fue ayer, otra jornada en la que los rojillos volvieron a mostrar un juego plano, falto de ideas creativas y, lo más preocupante, sin apenas llegadas con criterio a la meta rival ni actitud de sacrificio. Además, si toca en suerte un árbitro muy tiquismiquis en los lances dentro del área y claramente permisivo en el choque, pues puede ocurrir cualquier cosa.

Y eso es lo que sucedió. Dos penaltis cometidos por el mismo jugador en momentos clave -el primero mucho más dudoso porque da la sensación de que Damià quiere apartar su brazo derecho, aunque es cierto que interrumpe la trayectoria del balón- inclinaron la balanza del lado visitante y sin atisbo de reacción posible.

Para ello se necesitaba un centro del campo que fuese motor de la remontada, pero ni el doble pivote supo dar un paso adelante para forzar el error de sus adversarios ni las bandas fueron vías por las que horadar el ordenado entramado defensivo cántabro, que se limitó a jugar juntito y sin fisuras.

Ni siquiera funcionó la alternativa en largo -Torrejón y, especialmente, Bernardo no permitieron alardes por alto- o la caída a segunda jugada. Pese a que los comienzos fueron de lo más esperanzadores: sin apenas hacer nada, los anfitriones se plantaban en los dominios racinguistas, cuya defensa daba la sensación en esos primeros veinte minutos que no iba a estar a la altura del partido.

Pero mientras Osasuna era incapaz de apretar y explotar esas iniciales dudas visitantes, los capitaneados por el veterano Munitis iban encontrando su sitio sobre el césped de El Sadar. Confiados en que la singladura afortunada de anteriores jornadas podía tener continuidad un fin de semana más, los encarnados se fueron dejando llevar a lo que más tarde sería su tumba.

De hecho, una vez más parece demostrarse que este equipo no se exprime al máximo si no está bajo la presión de la soga del descenso. No tiene mucha lógica que con la tranquilidad que da saberse poseedor de 26 valiosísimos puntos cuando todavía no ha finalizado la primera vuelta no se pueda jugar con la suficiente tranquilidad y aplomo que da semejante colchón. Justo al contrario, el sosiego se convirtió en la tan temida «caraja» de la que ya habló en la previa el entrenador rojillo.

Dos únicos disparos a puerta

Un dato incontestable es que los encarnados dispararon en solo dos ocasiones a portería -una colada de Lamah y un chut lejano de Raúl García que sacó a dos manos Toño-, con lo que puede hacerse una idea de que los méritos locales no fueron precisamente sobrados como para hacerse con una victoria que hubiese disparado las expectativas en la zona noble de la tabla.

Sin embargo, los de Mendilibar se quedaron con un palmo de narices y sin sumar en su feudo por primera vez en la presente temporada cuando el Racing cerró su cuenta goleadora con una segunda pena máxima, originada tras el enésimo fallo de Sergio, que ayer no tuvo su mejor día y quien ya a los treinta segundos de partido había protagonizado una cesión en falso a su portero.

Lo más peligroso, en cualquier caso, no es el resultado obtenido ayer ni el que se haya roto la inmaculada racha anfitrio- na, sino la paupérrima imagen que arrastra la escuadra navarra desde hace ya unas cuantas jornadas y que ahora deberá hacer frente a dos inminentes y exigentes compromisos frente a Valencia y Atlético de Madrid.

 

Mendilibar: «No hemos tenido nada de paciencia, queríamos llegar muy rápido»

Pocos razonamientos pudo aportar el técnico rojillo, José Luis Mendilibar, sobre la primera derrota liguera en El Sadar. El preparador vizcaino vio a los suyos un tanto precipitados a raíz de ponerse por detrás en el marcador. «La idea tras el descanso era abrir el juego, pero no hemos tenido paciencia, queríamos llegar muy rápido y no ha sido posible. Además, algún mérito tendrá el Racing en ello», comentó.

La realidad es que todo se disparó tras la primera pena máxima, un lance ante el que el zaldibitarra dejó caer la diferencia de criterio según el trencilla que toque en suerte. «No podemos decir si es o no penalti porque cada árbitro tiene una forma de pensar diferente, incluso el mismo puede pitar de una forma diferente en otro encuentro».

Goles desde los once metros aparte, lo cierto es que la escuadra navarra jugó rematadamente mal -en la línea de los últimos envites-, algo que achacó también al rival, de quien dijo que «ya sabíamos que era un equipo que se cierra bien y que no deja espacios, sus ocasiones han sido errores nuestros».

Interpelado sobre si se había echado en falta al sancionado Puñal y a que Raúl García todavía no esté recuperado plenamente, el míster rojillo no quiso poner paños calientes a la derrota y apostó por recuperarse anímicamente cuanto antes. «Debemos tener la cabeza dura, pues sabíamos que podemos perder ante cualquier rival y en cualquier campo», indicó.

Juanjo González, que hace las veces de portavoz de la terna técnica que dirige ahora mismo el Racing, se mostró encantado por un triunfo materializado en «un campo y ante un rival que te exigen mucho, con una afición que te aprieta y en un ambiente excelente», comentó. N.M.

Oier asegura que su futuro depende de Osasuna

A Oier Sanjurjo le están yendo muy bien las cosas en Vigo. Tras comenzar la temporada lesionado, finalmente se hizo con un hueco en el once jugando en principio de lateral y ahora haciéndolo de central. Su rendimiento no ha pasado desapercibido, aunque el jugador insiste en que Osasuna está muy pendiente de él.

El juvenil gana por la mínima al Pamplona

El equipo juvenil de División de Honor se impuso por la mínima al Pamplona y ocupa ahora la cuarta plaza, empatado a 35 puntos con el Berceo. El resto de conjuntos -juvenil de Liga Nacional, cadetes e infantiles- confirmaron el pleno de victorias, algunas holgadas, como la del cadete A sobre Amigó, que finalizó 9-0.

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