La Real comenzó a preparar el partido de este sábado ante el Atlético en una sesión en la que solo faltó Illarramendi, que sigue su proceso de recuperación. Además, Iker Hernández, del filial, entrenó con el primer equipo y De la Bella e Ifrán se retiraron antes por unos pequeños problemas musculares.

Precisamente el delantero uruguayo es protagonista estos días en el entorno txuriurdin debido a su situación. El ariete mantendrá en las próximas horas una reunión con el presidente Jokin Aperribay para abordar su futuro más inmediato.

El jugador volvió a reiterar que su primer objetivo es «quedarme aquí y triunfar aquí». Sin embargo, no entiende que Philippe Montanier le dé tan pocos minutos. «No sé cómo triunfar aquí, porque creo haber aprovechado las oportunidades y las explicaciones que me ha dado el míster... no pienso de la misma manera. Estamos en diferentes posiciones», admitió.

A pesar de reconocer también que se siente «a gusto» en Donostia y con sus compañeros, recalcó que la suya es «una situación difícil, que no me gusta a mí, ni gustaría a nadie».

Hay que recordar que Ifrán llegó a la Real de la mano de su compatriota Martín Lasarte en 2010, y lo hizo tras padecer una importante intervención de rodilla que terminó de superar en Donostia. El ariete tiene muy claro que «la carrera del deportista es corta y la vida es larga, así que creo que hay que aprovechar la carrera y, si no juego, no voy a crecer nunca».

La actuación de Ifrán se ha visto relegada a un segundo plano, y ello se debe, en gran medida, a la buena temporada de Agirretxe, aunque el uruguayo también ha visto cómo Carlos Vela le arrebataba la titularidad.

A la espera de la reunión con Aperribay y lo que pase con su futuro, el jugador sudamericano tiene claro que «mi rendimiento va a ser el mismo de siempre. Voy a entrar en la cancha cuando me toque y voy a dejar todo lo que pueda de mí».

Un Atlético «más agresivo»

Por su parte, el guardameta Claudio Bravo analizó al rival del sábado, el Atlético de Madrid del Cholo Simeone. Desde la llegada del técnico argentino, el chileno ve a los colchoneros «mucho más agresivos, sobre todo cuando al equipo le toca recuperar el balón. Se nota que corren mucho más, tienen otra disposición. Habrán cambiado un poco la mentalidad, pero se nota un equipo más aguerrido».

A pesar de haber reaccionado a la catástrofe de Copa, Bravo tiene los pies en el suelo. «Estamos como en la mitad de todo: en la mitad de que nos vaya muy bien y en la mitad también de pasar al otro frente, que es negativo. Así que hay que estar tranquilos y con ganas de hacer las cosas bien», finalizó.