Novak Djokovic y Andy Murray tuvieron un estreno desigual en el Open de Australia, con el serbio logrando el pase con una holgura impresionante y el británico sufriendo mucho. Todo ello en una jornada marcada por el prematuro adiós de la australiana Samantha Stosur.

El pobre italiano Paolo Lorenzi, 109 mundial, apenas fue un peso pluma ante Djokovic, vigente campeón, que salió victorioso 6-2, 6-0 y 6-0. En su primer partido oficial del año, el número uno mundial necesitó exactamente cuatro juegos para calentarse. Cuatro juegos en los que perdió una vez su servicio. Tiempo para ajustar detalles. A partir de ese momento, el serbio, inspirado por el fuerte viento que azotaba las pistas de Melbourne, fue un vendaval que se llevó por delante al italiano, que a sus 30 años no sabe lo que es ganar un partido del Grand Slam. «Djoko», que se enfrentará en la segunda ronda al colombiano Santiago Giraldo, encadenó 14 juegos consecutivos, logrando exactamente el doble de puntos ganadores que su adversario (82 contra 41), y hasta permitiéndose un golpe espectacular entre las piernas.

«En general estoy satisfecho de mi actuación», declaró el serbio. «Me ha costado algunos juegos coger el ritmo, pero estoy muy contento con la manera en la que físicamente he aguantado este calor».

Murray necesitó más tiempo para adaptarse a las condiciones, contra un adversario bastante más peligroso, el prometedor estadounidense Ryan Harrison -19 años, número 77 mundial y segundo jugador más joven del top-100 en 2011-, que llegó a tomarle un set de ventaja (4-6, 6-3, 6-4, 6-2). «Hacía un calor increíble», observó el escocés, dos veces finalista en Australia. «La pista cambia mucho según la temperatura. Me hizo falta tiempo para adaptarme». Murray se enfrentará ahora al francés Edouard Roger Vasselin.

El consuelo se llama Hewitt

La sorpresa del día llegó en el cuadro femenino. Australia, que había llorado de alegría el lunes después de la épica victoria del joven Bernard Tomic, vio cómo esa felicidad se convertía en lágrimas de tristeza. Samantha Stosur, jugadora de 27 años que ganó su primer torneo del Grand Slam el pasado setiembre en el US Open, no respondió a las espectativas puestas en ella.

La favorita número 6 cayó en primera ronda ante la rumana Sorana Cirstea (7-6, 6-3), de 21 años y número 59 mundial. Considerada como la mejor opción de victoria para los australianos, que no ganan desde hace 34 años en Melbourne, Stosur volvió a dejar en evidencia su fragilidad mental.

La afición aussi tuvo algo de consuelo al final de la tarde con el triunfo de su querido Lleyton Hewitt, antiguo número uno del mundo, que superó al alemán Cedrik-Marcel Stebe y jugará ahora contra Andy Roddick.