
Paso necesario en un camino todav�a largo
El borrador del decreto que el Gobierno de Lakua ha elaborado sobre las v�ctimas de la violencia del Estado y sus aparatos represivos en el periodo comprendido entre 1968 y 1978 -otro decreto deber� abordar el caso de las v�ctimas posteriores a esa fecha-, al que GARA ha tenido acceso, constituye un paso en el camino hacia la reparaci�n, la memoria y la justicia. Limitado y a todas luces mejorable, pero que est� orientado en la buena direcci�n y que debe servir para iniciar el trayecto que desde hace a�os desean recorrer miles de personas que en este pa�s durante demasiado tiempo se han sentido totalmente abandonadas por las instituciones.
Es un documento mejorable, por ejemplo, en la fijaci�n del espacio temporal que se tiene en consideraci�n. En 1968 se produjo el primer muerto a manos de ETA, y tambi�n es el a�o en el que perdi� la vida el primer miembro de la organizaci�n armada, pero desde luego la violencia del Estado espa�ol, en ese momento una dictadura comandada por Franco, no comienza en 1968. De hecho, esa fecha ni siquiera se ha tomado como referencia con las �v�ctimas del terrorismo�, para quienes el periodo se ha ampliado a 1960 para incluir a la ni�a Bego�a Urroz. Solo con que en este caso se hiciera lo mismo, siete personas m�s estar�an incluidas en el registro de v�ctimas mortales. Asimismo, el �mbito de la reparaci�n econ�mica deber�a actualizarse para dejarlo, al menos, al nivel de otras v�ctimas. Porque tampoco en este aspecto las personas que han sufrido la violencia estatal deber�an ser v�ctimas de segunda.
Con todo, y siendo importante, no es el econ�mico el aspecto que m�s preocupa a quienes llevan d�cadas reivindicando memoria, justicia y reparaci�n, sino el reconocimiento de las tropel�as cometidas por un estado que nunca ha asumido responsabilidades y que, de hecho, despu�s de amnistiarse a s� mismo, ha seguido cometi�ndolas. Un estado que acaba de despedir con todos los honores a uno de los principales responsables de las barbaridades detalladas en este borrador. Por ello, aunque decretos como este son un paso necesario, todav�a queda mucho camino por recorrer.