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Fallece en Ipar Euskal Herria una víctima de la guerra sucia que resultó mutilada

A.M. | BAIONA

El sábado pasado falleció Christian Casteigts, de 49 años, que fue víctima de un atentado atribuido a los GAL cuando contaba 22 años.

El 5 de febrero de 1985, una bomba colocada bajo su vehículo explotó en la calle Gosse de Baiona hiriendo de gravedad al ciudadano labortano. Como consecuencia de las heridas, a Casteigts se le amputaron ambas piernas y quedó parapléjico. Además, durante el resto de su vida tuvo que hacer frente a las importantes secuelas causadas por el atentado. Fue el decimoséptimo atentado atribuido a los Grupos Antiterroristas de Liberación y, dado que no se le conocía relación con el movimiento abertzale ni militancia declarada, se dedujo que podría haberse tratado de una equivocación. Al igual que otros atentados, el sufrido por Casteigs nunca fue reivindicado.

Justo cuatro días antes, otra bomba explotó en el vehículo de Xabier Manterola, militante de Herri Taldeak, que salió indemne. Tampoco este atentado fue reivindicado. Sin embargo, está incluido entre las numerosas listas de víctimas de los GAL ya que, además de los refugiados, diversos militantes del movimiento abertzale de Ipar Euskal Herria fueron objeto de la guerra sucia.

Toda la verdad

Askatasuna ha expresado su pesar a la familia de Casteigts y ha subrayado que «el proceso que está en marcha deberá esclarecer toda la verdad sobre todos los actos violentos relacionados con el conflicto».

El organismo antirrepresivo ha insistido en la necesidad de aclarar «el grado de participación de las autoridades francesas en aquellas acciones paramilitares».

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