Situación de las presas y presos políticos vascos
Etxerat alerta sobre Txus Martin y varias prisiones francesas
Etxerat dio ayer cuenta en Bilbo de algunas de las «extremas situaciones» por las que atraviesan los presos políticos, que evidencian que no ha habido un solo movimiento por parte de los gobiernos español y francés para cesar en la vulneración de derechos. Castigos, aislamiento o negativa a la visita de un médico de confianza siguen siendo una constante, hasta en casos de gravedad como el de Txus Martin, cuya familia está «tremendamente preocupada».
Nerea GOTI | BILBO
Castigos por abrazar a familiares o intercambiar palabras con otros reclusos, aislamiento, confinamiento, problemas con las visitas -e incluso supresión de las mismas- o la negativa a que personas enfermas puedan ser visitadas por un médico de confianza siguen estando a la orden del día en las cárceles del Estado español y francés, según denunció ayer Etxerat en una comparecencia ante los medios, en la que intervinieron familiares de algunos reclusos cuya «situación límite» es el exponente de la represión que se sigue ejerciendo en las cárceles.
Entre los sucesos más graves recogidos en las últimas semanas, la asociación de familiares destacó «el infierno que viven las presas Itziar Moreno y Oihana Garmendia» en la cárcel de Dijon. Fue Jaione Garmendia, hermana de Oihana, quien explicó en primera persona en qué situación se encuentran las dos únicas presas políticas de este centro. «Están separadas entre ellas. Les han quitado gimnasio, patio, todo... Están totalmente aisladas. La postura de la cárcel es inmovilista y a cada cuestión que se plantea la única respuesta es castigo, mittard. Tienen una nueva comisión disciplinaria y es probable que vuelvan a entrar en el mittard», explicó Jaione Garmendia sobre el día a día de dos personas que se encuentran a 1.100 kilómetros de Euskal Herria.
Veintidós horas en la celda
«Están en una situación extrema. Se pasan 22 horas en la celda y no tienen ninguna actividad. Necesitamos que las vuel- van a trasladar lo más cerca posible de Euskal Herria», subrayó, al tiempo que precisó que ambas viven entre provocaciones carcelarias. «Las funcionarias no están por la labor de facilitarles nada», aseguró, y agregó que a esto hay que añadir el estado de deterioro en el que se encuentran las instalaciones de una cárcel que se derribará en 2015, según dijo.
Los 2.200 kilómetros que completan sus familiares y amigos tienen como factura añadida una restricción de las comunicaciones. «Nos encontramos con visitas recortadas a 45 minutos y solo tienen derecho a una visita doble de 90 minutos al mes», explicó. «Hacemos 1.100 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta, para una visita de 45 minutos», reiteró.
Mientras tanto, Moreno y Garmendia mantienen las protestas en la cárcel en defensa de sus derechos. Desde su llegada a Dijon hace ocho meses, Moreno ha pasado seis veces por el mittard y contabiliza ya un mes y medio en una celda de castigo. Garmendia lleva siete meses en Dijon; en tres ocasiones ha pasado por el mittard y ha tenido una semana de confinamiento.
Ambas empezaron el 6 de enero una huelga de hambre que abandonaron siete días después, después de que el juez comunicara a su abogada que se- rían trasladadas en cuanto encontraran sitio en otra cárcel.
Txus Martín
El segundo testimonio fue el realizado por Joseba Martin, hermano de Txus Martin, encarcelado en Zaballa con una grave enfermedad sicológica.
Joseba transmitió la «tremenda preocupación» con la que su familia vive la situación en la que se encuentra Txus, cuyo estado de salud consideran que ha empeorado de forma visible. «Ha llegado a acudir a las visitas o vises desorientado, con lagunas de memoria y con dificultades para mantener una conversación con cierta coherencia», contó Joseba. Explicó, asimismo, que «bosteza constantemente y reconoce que se mantiene todo el día medio dormido y sin ganas de desarrollar la más mínima actividad». Según relató, es su compañero de celda quien le avisa de cuándo tiene que ir a comer, al patio o a una determinada actividad.
Se da la circunstancia de que la prisión ha emitido un informe sobre su estado de salud que habla de una mejoría, al tiempo que reconoce que se le ha duplicado la medicación. Joseba Martín expresó que es más que evidente que su estado ha empeo- rado, con el agravante de que no se le permite la visita de su médico y sicóloga de confianza. Recordó que Txus estuvo ocho años recluido en prisiones francesas, cinco practicamente en mittard, en aislamiento, además del intento de suicidio que protagonizó poco antes de su entrega al Estado español.
«La familia no entiende que exista hoy una sola razón jurídica o legal para que Txus permanezca en la cárcel ni un día ni un minuto más, teniendo en cuenta que su enfermedad se ha agravado», resumió.
Castigados por abrazar
Los miembros de Etxerat Mattin Troitiño y Ane Miren Ganboa se detuvieron, por otra parte, en «los castigos y el mittard permanente» con el que conviven los reclusos Eneko Zarrabeitia y Gorka Azpitarte en la cárcel de Poitiers, al igual que Maite Aranalde y Saioa Sanchez, internas en el mismo centro.
Explicaron, por ejemplo, que Eneko Zarrabeitia fue castigado por abrazar en una visita a familiares de una compañera, por lo que durante dos meses deberá realizar las visitas a través de un cristal.
Gorka Azpitarte también está castigado; no pisará el patio durante 30 días, «por hablar con otros presos de un patio a otro».
También la situación en Villepinte mereció otro apunte. Debido a «más de un problema» con un funcionario de esta prisión, que ha acabado derivando en que familiares se queden sin visitas o que los presos acaben en el mittard, una situación que afecta a Borja Gutierrez, Joseba Fernandez e Ibon Goieaskoetxea.
Tras exponer las vivencias de presos y presas y sus familiares, los miembros de Etxerat respondieron, a preguntas de los periodistas, que no aprecian ningún cambio en lo que respecta a la situación de los presos políticos vascos.
Se refirieron a la masiva movilización del pasado 7 de enero en favor de los derechos de los represaliados, para indicar que los estados español y francés «hacen oídos sordos y siguen vulnerando los derechos de los presos y las presas vascas».
Troitiño y Ganboa subrayaron que los presos mantienen dinámicas de protesta en defensa de sus derechos y reclaman particularmente que se ponga fin a 22 años de dispersión y a las extremas condiciones que viven en las cárceles. Según recordó, «exigen que se solucione la situación de los presos y las presas que ya han cumplido las tres cuartas partes de la condena, las presas y presos con enfermedades graves e incurables y aquellos que han visto alargada su condena por la aplicación de la denominada doctrina Parot».
Desde Etxerat resaltaron que la lucha en las cárceles debe estar acompañada de movilizaciones en la calle. «Es muy importante que nuestros familiares y amigos se sientan arropados y apoyados», manifestaron, al tiempo que hicieron un llamamiento a la ciudadanía a participar el próximo 27 de enero en las movilizaciones del último viernes de mes, organizadas por Egin Dezagun Bidea.
Destacaron, asimismo, la importancia de participar en herri bilgunes de barrios y pueblos, para apoyar a los represaliados y para presionar para que los estados francés y español den pasos adelante para cambiar la política penitenciaria.
Etxerat recordó que unos 250 presos deberían quedar libres desde ya cumpliendo la legalidad, sumando a quienes ya han agotado la condena y a quienes tienen cumplidas las tres cuartas partes exigidas para lograr la libertad condicional.
Por los presos se concentraron ayer 90 personas en Eibar, y en Iruñea lo hicieron 56 en Donibane, 25 en Arrosadia, 56 en Txantrea y 58 en Iturrama. Los jubilados de Sasoia -en la foto- llevaron la demanda a la sede del Gobierno español en la capital navarra.
Tras pasar ante la juez de París, los tres detenidos el sábado acusados de pertenencia a ETA han sido enviados a prisión, con diversas imputaciones añadidas. En concreto, Rubén Rivero ha sido llevado a la cárcel de La Santé; Jon Etxeberria, a la de Fresnes; e Iñigo Sancho, a Fleury-Merogis. Por el momento no hay más datos sobre su situación, transcurridos ya más de cinco días desde que se produjo la redada. GARA
Nahiz eta Ekaiz Samaniego Zabaiako kartzelan espetxeratu duten, bere alde sortutako ekimena aurrera doa helburu batekin: epaiketa politiko guztiak bertan behera uztea. Hala, nabarmendu zuten atzo Ekaitz Etxean! ekimena osatzen duten lagun guztiek. Gasteizen, Zaramagako Memoria Gunean egindako prentsaurrekoan, erakunde solidarioaren arduradunek Madrilgo Gobernuari eskatu zioten berehala askatzeko jarduera politiko eta soziala direla-eta espetxeratuak izan diren herritarrak. Era berean, legez kanporatutako antolakunde guztiak -ezker abertzalea, Segi, Askatasuna...- legeztatzeko ere eskatu zieten espainiar agintariei.
Txerra Bolinagak, Plazara! erakundearen bozeramaileak, datozen asteetan Matrioska gehiago eraiki behar direla nabarmendu zuen: «Azken asteotan eraikitzen hasi garen Matriosken sabelak indartu eta elikatu behar ditugu, eta horretarako lanabesak orain arte erabilitakoak dira: konpromisoa, irudimena, samurtasuna, mobilizazioa, interpelazioa, elkartasuna...».
Bolinagak defendatutako elkartasun hori bihar agertuko da Laudioko kaleetan antolatu duten manifestazioan. Bertan, Euskal Herri osotik heldutako gazte eta helduek babesa eskainiko diete Auzitegi Nazional espainolak «terrorismo» delitua egotzita epaituko dituen Aiaraldeko hemeretzi auzokideei.
Bestalde, atzo arratsaldean Gasteizen egindako elkarretaratze batek Ekaitz Samaniegori zein Gasteizen bizi den Jon Etxeberriari sostengua helarazi zien. Ehunka lagunek hartu zuten parte.
Bestetik, atzo Donostian eginiko prentsaurreko batean, Amaiur koalizioa osatzen duten alderdi politiko guztiek elkartasuna adierazi zieten Madrileko Auzitegi Nazionalak epaitu dituen Oarsoaldeko sei gazteei.
Idoia Arrastuik (ezker abertzalea), Maider Karrerek (EA), Ernesto Merinok (Aralar) eta Begoña Vergak (Alternatiba) gogor salatu zuten Euskal Herrian hasi den garai berriari Gobernu espainolak eman dion erantzuna.
Beraien iritziz, Madrileko Auzitegi Nazionalak Oarsoaldeko sei gazteri ezarri zion zigorra -sei urte inguruko kartzela zigorra gazte bakoitzari, Segiko kideak izatea leporatua- eskubide zibil eta politikoen «murrizketa nabarmena» da. «Horrelako epaiketa politikoak beste denbora bateko arrastoak dira. Espainiar Estatuak betiko armak erabiltzen ditu: errepresioa, atxiloketak eta epaiketa politikoak», adierazi zuten. Ion SALGADO