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ELA debe asumir su propia responsabilidad

Adolfo Muñoz sacó a la luz el pasado domingo, en una entrevista publicada por GARA, la crisis que existe en la relación entre ELA y LAB y que afecta, como no podía ser de otra forma, a la mayoría sindical conformada en torno a ambas centrales. El secretario general de ELA no dudó en achacar a la izquierda abertzale la ruptura, asegurando que desde que Bildu está en las instituciones ese sector político y social ha dado por amortizada la mayoría sindical.

Precisamente, desde la irrupción de la coalición soberanista de izquierdas, la actitud de ELA respecto a ella y a las instituciones en las que gobierna ha sido de clara confrontación. Al parecer, a juicio de ELA, no hay diferencia entre Bildu y otras formaciones que han promovido todo tipo de recortes en el ámbito laboral y de derechos sociales. Son los responsables de ese sindicato quienes deberán valorar si sus afiliados y el conjunto de la sociedad tienen esa misma percepción, pero lo cierto es que, en un contexto en el que estando en minoría Bildu se ha visto obligada a negociar con otros actores, ELA, que podía haber hecho fuerza en favor de la parte más cercana a sus postulados, ha optado por no hacerlo y centrarse en criticar cualquier resultado. No es difícil entrever intereses particulares, ligados a la pugna entre sindicatos, en esta actitud, aunque luego se pretenda vestir de independencia sindical.

Euskal Herria, sin embargo, no está para anteponer intereses propios a los del país. Vivimos un momento histórico que exige que todos los agentes aporten lo que esté en su mano para cambiar definitivamente de ciclo, y el ámbito sindical tiene ahí una gran importancia. ELA, por el contrario, ha decidido hacerse a un lado. Por ejemplo, al no firmar el acuerdo de Gernika. No es la primera vez. También ha pasado en otras coyunturas que exigían compromisos más allá de las palabras. Hoy, la mayoría sindical puede hacer una aportación de gran valor para abrir nuevos escenarios, en el espacio político y también en el socioeconómico. Así lo reclama una mayoría social. Y frente a esa exigencia, a ELA le corresponde asumir su propia responsabilidad.

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