GARA > Idatzia > Iritzia> Kolaborazioak

Bikendi Barea Parlamentario de Bildu en Nafarroa

Tendrán que hacer de la necesidad virtud

La renta básica es el termómetro donde todas y todos nos hemos medido y nos mediremos en un futuro inmediato

Desde una perspectiva y motivación progresista, donde la salud, la educación y las políticas sociales debieran ser prioritarias, la postura del PSN es injustificable y alejada de lo que la ciudadanía necesita y reclama.

Lo acontecido con la Renta de Inclusión Social ha puesto de manifiesto las contradicciones ideológicas del PSN. Pero no solo eso. También ha servido para constatar que cada día parece más un rehén político en manos de la derecha, un servidor y no un socio en el regazo de sus compañeros de viaje. La renta básica es una herramienta con la que cuentan las distintas administraciones para incidir y paliar las situaciones de las personas o las unidades de convivencia más desfavorecidas de la sociedad. Es donde se demuestra la empatía con las personas y no con los números, donde se debería apostar inequívocamente por la solidaridad, donde se debería asentar el perfil más progresista y humano.

Pero la nueva Ley limita y excluye a importantes segmentos de la población, prima lo económico por encima de las personas, endurece las condiciones de acceso independientemente de los recursos de supervivencia.

Y utilizan argumentos sostenidos desde los eufemismos del fraude, el efecto llamada, la situación económica coyuntural... Argumentos que no nos sorprenden desde el ideario y las posiciones de la derecha, desde la concepción del estado neoliberal, pero son de dudosa coherencia cuando la voz se alza desde la pretendida izquierda.

Su primer giro, muy poco recomendable desde el punto de vista social, fue amparar los recortes más importantes en la historia de Nafarroa, vistiendo su subordinación de responsabilidad política e institucional.

Los recortes en salud y sanidad rondan el 12% en los dos últimos años y en el Departamento de Política Social el 22%. Estos números de por sí preocupantes toman tintes dramáticos cuando detrás de ellos se encuentra la supervivencia de personas y familias. Nosotras y nosotros queremos una prestación como derecho garantizado para toda la ciudadanía, unas retribuciones sin límite de tiempo mientras persista lo que generó la problemática, una renta de garantía de ingresos no ligada a la inclusión laboral o social. Una prestación que garantice el sostenimiento económico como paso básico y fundamental.

La nueva Ley muestra la cara más economicista de los sectores políticos que se han encargado de su gestación. El PSN ha puesto el vientre de alquiler para esta ley antisocial y se empeña en defender esta criatura por encima de lo que las razones progresistas y de izquierda aconsejarían. El «delito imperdonable» de no tener una residencia legal, de no constar en el censo desde hace determinados meses, incluso la edad, hacen que los ciudadanas y ciudadanos se encuentren con el escollo insuperable de los requisitos.

La sociedad y las organizaciones que con una trayectoria intachable han trabajado y trabajan proactivamente con los sectores más desfavorecidos de la sociedad han denunciado el nuevo proyecto, en la calle y en el mismo Parlamento.

La renta básica es el termómetro donde todas y todos nos hemos medido y nos mediremos en un futuro inmediato. «Es en la necesidad donde se reconoce la verdadera naturaleza humana». Si el autor de estas palabras tenía razón, el PSN nos ha dado muestras de lo que podemos esperar de ellos y ellas.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo