La posibilidad de que se extienda la tasa de las transacciones financieras a otros estados, tras la decisión de Nicolas Sarkozy de aplicarla en el Estado francés a partir de agosto, tumbó a los valores bancarios y a los principales índices europeos. También sentaron mal los rumores sobre un inminente segundo rescate para Portugal, la contracción del crecimiento en el último trimestre de 2011 en el Estado español, la falta de unanimidad entre los asistentes a la cumbre europea de Bruselas a la hora de definir la nueva política fiscal común y la inacabable discusión sobre la quita en la deuda griega. Bajo este panorama poco propicio, los inversores se mostraron precavidos y optaron por la toma de beneficios sin fijarse en exceso en las características particulares de los sectores presentes en los índices. El Ibex retrocedió un 1,62%, hasta los 8.517 puntos. Las caídas de Fráncfort (-1,04%), Londres (-1,09%) y París (-1,60%) fueron inferiores. En el Ibex, tan sólo IAG (+0,66%) escapó de los números rojos al situarse como una de las compañías más favorecidas por la quiebra de Spanair. Fuera del Ibex, Vueling saltaba un 25% por la misma causa. Los peores balances correspondieron a Gamesa (-4,57%), ArcelorMittal (-4,16%), Endesa (-3,71%) e Indra (-3,20%). Por detrás, un grupo de 13 compañías, entre las que estaban Santander, BBVA, Popular, Bankinter y Sabadell, con descuentos superiores al 2%. En París, el miedo a la nueva tasa arrolló a BNP Paribas (-7,12%), Crédit Agricole (-6,59%) y Société Générale (-6,45%). Los títulos de Essilor (+1,85%) y Sanofi (+0,64%) lideraron los avances.