Testimonios de detenidos corroboran las denuncias de tortura en la «nueva» Libia
Jay DESHMUKH | MISRATA
Milad Yussuf, de 52 años y excombatiente gadafista muestra las cicatrices que le han dejado las quemaduras de cigarrillos y los golpes propinados por los funcionarios de prisión, que niegan ser los autores. Detenido a finales de setiembre en Misrata, el 28 de octubre fue trasladado a una pequeña celda de la cárcel de esta gran ciudad portuaria, situada a 215 kilómetros al este de Trípoli. «Los rebeldes que me arrestaron me golpearon con palos y cadenas en piernas y espalda. No he cometido ninguna violación de derechos humanos. Luché junto a Gadafi porque estaba en el Ejército y tuve que hacerlo», subrayó.
Adullah Saleh Sichan Mustapha, detenido en Trípoli bajo la acusación de ser pro-Gadafi, denunció haber sido golpeado en numerosas ocasiones. Aún tiene cicatrices en sus brazos.
La mayoría de los presos entrevistados por AFP afirmaron desconocer los cargos que pesan contra ellos y no haber tenido acceso a un abogado.
La semana pasada, organismos como Médicos Sin Fronteras y Amnistía Internacional acusaron a las autoridades libias de torturar incluso hasta la muerte a partidarios de Gadafi.