Soy de los que piensa que para alcanzar objetivos ambiciosos hay que ser igual de ambicioso y, además, desearlos con fe. Cierto es que esos objetivos deben ser reales, realizables y sostenidos con medios, ya que solo con fe no se alcanzan. Los objetivos, normalmente, se fijan en base a datos objetivos y ciertas expectativas generadas en función de parámetros subjetivos. Hay gente que vende humo con objetivos inalcanzables y muy lejanos en el tiempo, con lo que normalmente no se llega a realizarlos y la frustración es enorme.

Por suerte, nuestras columnas son muy claras y viven al día, es decir, no nos venden humo y nos ilusionan en función del cumplimiento de objetivos realizables y a corto plazo, es decir, partido a partido en todas y cada una de las competiciones en las que estamos metidos, Liga, Copa y Liga Europa, que, por cierto, en tres solo estamos Barça, Valencia y Athletic; el resto, en una, y el topoderoso Madrid, en dos.

Pero, ¿quiénes son esas columnas? La directiva, el cuerpo técnico, los jugadores y la AFICIÓN, y pongo en mayúsculas la afición por que así lo merece. No es una cuestión banal y la remarco porque es una columna fundamental en el logro de objetivos. El Athletic tiene un activo sin parangón en el fútbol mundial: su afición, la cual llevamos viendo años, pero lo de este sábado en Vallecas es y debe ser remarcado.

A tres días justos de jugar una semifinal de Copa -calibremos lo que es para nosotros jugar una final de Copa-, y a 80 km de casa, se nos plantan en Vallecas, a 460 km, 4.000 espectadores para ver un partido de liga que, en principio, a pocos, a parte de a nosotros y los vallecanos, llama la atención; 4.000 aficionados que se pasan el partido animando y empujando al equipo para lograr tres puntos que nos metan de lleno en la pelea por Europa.

Una AFICIÓN que nos recalca que vive el día a día del equipo y que no quiere perderse ni un solo minuto de cada partido, y que es conocedora de que muy probablemente, sin su nutrida presencia en Vallecas, quizás no estaríamos a dos puntos de Champions, ya que los jugadores se podrían haber diluido en el pensamiento del siguiente partido, el de hoy martes en Miranda, importantísimo sí, y además con el premio de jugar en Europa pasando a la final; de ahí que me impresione el ver a 4.000 espectadores exigiendo al Athletic que ganase ese partido para luchar por entrar en Champions.

Estas líneas van en reconocimiento a nuestra fiel y exigente AFICIÓN, la de nuestro Athletic, única y genuina.