Segunda derrota liguera en casa
El Sadar es ahora una pesada losa
Los de Mendilibar solo despertaron en el último cuarto de hora de un encuentro en el que los colchoneros estuvieron mucho mejor posicionados y su presión asfixió a los anfitriones. Dos cabezazos de Raúl García y Lekic en el tramo final fueron lo único reseñable.
OSASUNA 0
AT. MADRID 1
Natxo MATXIN
Tres derrotas y un empate es el pobre balance del último periplo local rojillo. Osasuna se las prometía muy felices con la entrada de 2012 y cuatro encuentros en el hasta entonces inexpugnable Sadar por delante para dar un salto cualitativo. Sin embargo, el pobre bagaje cosechado devuelve a los de Mendilibar a la realidad que, pese a ello, sigue siendo notable en líneas generales.
No pudieron los rojillos llevar a la práctica su particular acoso inicial, pues el Atlético de Madrid saltó muy bien plantado al césped de El Sadar, cerrando espacios y sacando el esférico con criterio. Insípido fue así el comienzo del choque sin ocasiones por ningún lado, mucho respeto y falta de concreción en las combinaciones.
Hubo que esperar hasta el cuarto de hora para que los colchoneros pusiesen sobreaviso de sus malévolas intenciones. Falcao, poderoso en el juego aéreo, se llevó una peinada para que Koke, entrando desde atrás, empalmase un duro chut que sacó a dos manos Andrés Fernández. El rechazo cayó a un maremagnum de jugadores ubicados en el punto de penalti golpeando en la tripa y en el brazo derecho de Sergio.
La petición de pena máxima por el lado visitante cayó en saco roto para el debutante Pérez Montero, en lo que constituyó el mayor sobresalto de una primera media hora en la que los otros quince minutos sobraron. Un tiro sin consistencia de Lamah permitió desperezarse a Courtois, que se se apoderó del cuero, pese a que salía fuera.
Encefalograma plano
La tendencia se fue acentuando con el transcurrir del reloj. Los de Mendilibar caían una y otra vez en una tela de araña que no les permitía llegar a los dominios del adversario, máxime cuando las imprecisiones locales eran bandera. Osasuna no carburaba y cualquier lance enemigo podía poner el partido muy cuesta arriba.
Lo que ocurrió faltando seis minutos para el descanso. Un corner botado por Koke, presente en el inicio de casi todas las jugadas a balón parado de su equipo, permitió refrendar la voracidad goleadora de Falcao, al que le faltó un pelo para llegar a un balón rebotado en Miguel Flaño, pero Andrés Fernández estuvo más rápido. Sin embargo, el manotazo del murciano cayó a los pies de Godín, el más listo en el área, para introducir sin remisión la pelota en las mallas encarnadas.
No es que los de Simeone estuviesen teniendo un dominio aplastante, pero sí que habían anulado a una escuadra navarra totalmente desconocida respecto al encuentro frente al Valencia. El bagaje ofensivo, raquítico. No solo ni un solo disparo a puerta que contabilizar, sino que tampoco una triste jugada en combinación que echarse a la boca para lanzar un «uy» desde el graderío.
Con el gélido mercurio de la noche iruindarra, la hinchada se vio obligada a calentarse achuchando al debutante trencilla, apretándole las clavijas con sonoras protestas, las más de las veces, todo hay que decirle, sin demasiado argumento. Quien realmente se merecía los pitos era el once rojillo, incapaz de trenzar tres pases seguidos.
El Atlético perdona
Entre el ritmo fallón al que le dieron continuidad los rojillos y la asfixiante presión visitante, con constantes ayudas a la hora de robar el balón a los anfitriones, la balanza del encuentro comenzó a inclinarse todavía más del lado de la pesa colchonera, hasta el punto que los del Manzanares perdonaron la vida a los navarros hasta en dos clarísimas ocasiones.
La primera en una colada de Adrián, que ya había avisado con un tiro escorado, quien desperdició la ventaja de varios metros respecto a sus marcadores cuando trató de regatear a Andrés, quien una vez más volvió a salvar a Osasuna. No sería la única, pues tuvo que emplearse otra vez a fondo ante Falcao, nuevamente solo en un mano a mano, en el que el meta rojillo le obstaculizó lo suficiente.
El Atlético, además, trató de llevar el tempo con pérdidas de tiempo y parones, hasta que llegó la tardía reacción rojilla, allá por el 76, coincidiendo con la entrada de Timor y el despertar de Lamah. Pero también salió de su letargo Courtois para firmar varias soberbias paradas a los cabezazos de Raúl García y Lekic. Acuciados por la necesidad, los de Mendilibar empujaron y achucharon a un Atlético, que mostró su cara más reservona, pero también la de mayor oficio para llevarse los tres puntos.
Los malos números cosechados en las últimas jornadas en El Sadar han precipitado la caída rojilla en los puestos de la clasificación liguera. Los de Mendilibar ocupan ahora mismo la novena posición y les espera una final en El Molinón.
El técnico rojillo, José Luis Mendilibar, reconoció en sala de prensa que el Atlético de Madrid había sido uno de los rivales que mejor les había jugado en El Sadar, «un equipo intenso y agresivo, que ha estado mejor que nosotros en la primera parte en ese sentido».
Una faceta en la que, a juicio del preparador vizcaino, los suyos no pudieron ponerse al mismo nivel del adversario por culpa del árbitro. «Han aprovechado muy bien el límite que ha puesto el árbitro, todo lo que les han dejado, porque la tarjeta amarilla era más fácil para nosotros que para ellos y no podíamos jugar igual».
Así, ejemplarizó con el mayúsculo error arbitral que cometió Pérez Montero al no expulsar al fisioterapeuta colchonero -incluyó una amarilla en el acta, lo mismo que al propio míster rojillo-, una situación «que no había visto nunca porque el mal ya estaba hecho, cuando ha parado el partido con su entrada. En cualquier caso, tenemos que abstraernos de ello porque ya estamos acostumbrados», indicó.
«Un partido duro ante un rival con mucha personalidad, que cuando juega en casa se crece», así comenzó a analizar Cholo Simeone, entrenador rojiblanco, el cuarto encuentro que suma -tres victorias y un empate- desde su llegada, sin haber encajado ni un solo gol. Destacó, asimismo, de su equipo «la primera media hora de la segunda parte», hasta que Osasuna «empujó y nuestro arquero tuvo dos paradas fundamentales para conseguir los tres puntos». N.M.
Gracias a su victoria sobre el Danok Bat (2-0) y la derrota del Athletic en el campo del Berceo, el juvenil de División de Honor ya es segundo. El resto de equipos de base -juvenil de Liga Nacional, cadetes e infantiles- consiguieron el pleno de triunfos.
Las peñas rojillas han organizado un viaje a Gijón, que partirá el sábado a las 08.00 desde El Sadar con vuelta a la finalización del partido. El precio -95 euros para peñistas y 115 para el resto- incluye viaje, entrada y hotel. Apuntarse en el 680379557.
Osasuna mueve su tradicional planning semanal a raíz de jugar en lunes. Así, la plantilla tendrá jornada de recuperación a las 10.30 en las instalaciones de Tajonar, mientras que la jornada de descanso se traslada a mañana, miércoles.