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Trilogía aperturista técnica en el valle de Aspe

«Mendiaren mixterioak», «Sendatu ametsak pilatuz» y «Txun da Samulek kulorra baietz!» son las tres nuevas creaciones.

Andoni ARABAOLAZA

En diez días Ibon Azkune, Alberto Fernández e Iñigo Andola crean tres nuevas líneas técnicas en la Llana del Bozo, La Chorrota y la Llana de la Garganta.

Con la llegada del invierno son muchos (por no decir la mayoría) quienes están al tanto -a la espera- de recibir información (sea vía foros o de primera mano) para poder desarrollar su actividad. Una vez que se da la salida por las condiciones adecuadas «corren» sobre todo a esas líneas heladas donde se forman más colas que en cualquier supermercado.

Pero hay otros, y son los que menos, quienes cogen el toro por los cuernos y se van a investigar por aquí y por allá para ver si se divisa una nueva línea que se pueda escalar. Ese es uno de los fundamentos principales del alpinismo y, por estos lares, del pirineísmo. La actitud de Iñigo Andola proporciona un claro ejemplo. El pirineísta azkoitiarra se ha recreado nuevamente proponiendo a la «comunidad» a la que pertenece tres nuevas vías invernales. Siempre fruto de la exploración y de las ganas de recorrer rutas vírgenes. En su imaginario tenía el valle de Aspe y, sobre todo, tres montañas casi nada concurridas en esta época del año.

En declaraciones a GARA, el protagonista de estas líneas ha asegurado que tenía muchas ganas de investigar en esta zona alejada y poco frecuentada: «Con los esquís de travesía me acerqué a ese paraje, que me ha parecido muy salvaje, ciertamente aislado por el pateo que tienes que hacer, y con grandes posibilidades de apertura -explica-. Apenas andan montañeros, es muy guapo y ese punto de explorar me llama mucho la atención. Acercarte a una montaña, ver una línea evidente e intentar escalarla es la repera. Un claro ejemplo es La Chorrota, una montaña que no sabíamos ni que existiera. Se trata de una joya; no es lo más, pero tiene un atractivo especial».

Gracias a la perseverancia y la motivación por recorrer nuevos itinerarios Andola, junto a Ibon Azkune y Alberto Fernández, ha aportado tres nuevas líneas en la vertiente norte del valle de Aspe. Tres nuevas propuestas que corresponden a tres montañas: la Llana del Bozo (2.570 m), La Chorrota (2.218 m) y la Llana de la Garganta (2.559 m). Una trilogía que además se ha llevado a cabo entre el 5 y 14 de enero; es decir, en diez días.

Primer episodio

Con el comienzo del año, concretamente el 5 de enero, Fernández y Andola se calzaban los esquís para dirigirse a la Llana del Bozo: «Teníamos ganas de conocer nuevos picos, y nos fuimos a esa montaña sabiendo que Remi Thivel ya había abierto algo por allí. No conocíamos el valle por esa vertiente, y anduvimos en plan aventura perdiéndonos y todo. Nos costó llegar a su base, y enseguida vimos varias posibilidades para su ascenso. Finalmente nos decantamos por una línea que al parecer no estaba escalada».

«Mendiaren mixterioak» es el nuevo itinerario creado por esta cordada en la cara norte de la montaña. Con 300 metros de recorrido y dificultades técnicas de V/90º. Pero lo «interesante» de esta escalada es que los pirineístas vascos la llevaron a cabo en unas condiciones muy especiales: «Vistas las condiciones, parecía el Pirineo `escocés'. Justo antes había llovido, y con el viento se formo un verglás típico escocés. Una forma de chapa helada pegada a la roca muy elegante, pero con mucha vidilla. Y es que no pudimos poner tornillos de hielo. Un mixto alpino que nos gustó, pero con mucha exposición».

Además de estas particulares condiciones, Fernández y Andola sufrieron las consecuencias de las duras condiciones climatológicas. Mientras escalaban la última parte de la nueva vía, les pilló el mal tiempo de sopetón: «Nos entró el marrón; una ventisca que nos dio mucha guerra -recuerda-. Empezamos a bajar por la norte, pero no se podía, y finalmente nos decantamos por la sur, hacia Aísa. Nos pegamos una buena kilometrada en los pies. Ya avisaron del mal tiempo, pero éste se adelantó. Como decía, entró sin avisar».

Segundo episodio

Una semana más tarde, el día 12, los mismos protagonistas se llevaban una primera de una montaña muy salvaje y totalmente desconocida para ellos: La Chorrota. Según nos informa Andola, esta apertura, «Sendatu ametsak pilatuz», también tuvo lo suyo. Les salió un itinerario de 500 metros y dificultades de V/5 R en la cara noreste de la montaña. «A los dos días de la apertura en la Llana del Bozo nos fuimos a La Chorrota. Empezamos a escalar y nos pusimos delante de una placa. No queríamos poner ningún espit, y decidimos darnos la vuelta. Volvimos, y las condiciones de la montaña habían cambiado -explica-. Escalamos un par de largos de hielo transparente bastante bueno, y sí pudimos meter algún tornillo. Se veía la roca pero, como decía, era hielo bueno. ¡Una cosa muy curiosa! Había llovido y derritió mucha nieve. Pero en términos generales, la vía de abajo hasta arriba se dejaba bastante bien», informa el alpinista azkoitiarra.

Unos días más tarde Mikel Zabalza y Manu Córdova intentaron la vía, pero se bajaron. Estos últimos vivieron una situación muy parecida a la de nuestros protagonistas en su primera apertura. El mal tiempo se adelantó y, visto lo visto, Córdova y Zabalza decidieron bajar de la pared. «Es algo especial lo que ocurre allí; no sé si se trata de un microclima», añade Andola.

Tercer episodio

La tercera y última parte de la aventura se desarrolló en la Llana de la Garganta, otra vez en su cara norte. Allí surgió «Txun da Samulek kulorra baietz», una línea de 400 metros y dificultades de IV/4 y M6. Se trata de una ruta que recorre el canal diedro del centro de la pared.

Esta vez Andola realizó la apertura con Azkune, el día 14 de enero: «Estuvimos analizando la pared y encontramos esta ruta, que es muy evidente. Por allí ya hay algunas vías antiguas, pero creemos que la nuestra es nueva. Nos metimos en un corredor bastante helado; muy petado de hielo. Tiene resaltes muy empinados, y en la mitad de la vía una campa de nieve. Lo más interesante está al final. Había varias posibilidades y nosotros nos decantamos por un diedro evidente. Nos metimos y, finalmente, fue una grata sorpresa. Se podía proteger bien, pero es un diedro duro y mantenido. De esos largos muy mantenidos en todo su recorrido. La roca también es de buena calidad. En definitiva, unas tiradas potentes y que nos dejaron muy buen sabor de boca».

De esta forma acababa la trilogía de Fernández, Azkune y Andola en el valle de Aspe. Tres nuevos recorridos técnicos en 10 días y con condiciones muy pero que muy peculiares. En términos generales, los protagonistas están muy satisfechos con los resultados: «Hemos investigado una zona nueva para nosotros y el resultado es muy satisfactorio desde todos los puntos de vista. Quizá no hemos tenido las condiciones más adecuadas, pero hemos podido desarrollar nuestra actividad. Nos han llamado la atención las condiciones de los montes. Todo estaba muy pero que muy helado. Por poner un ejemplo, un canal de 45º que bajas andando lo tuvimos que destrepar metiendo tornillos por lo helado que estaba. También hemos flipado mucho con La Chorrota, una montaña desconocida y muy salvaje. Explorar te ofrece sorpresas muy agradables».

LLana del bozo

Durante la apertura de «Mendiaren mixterioak», los aperturistas se encontraron con condiciones típicas de las invernales escocesas.

La chorrota

«Sendatu ametsak pilatuz» es una línea evidente que fue escalada con mucho hielo, pero totalmente transparente.

Llana garganta

«Txun da Samulek kulorra baietz!» es una nueva ruta que concentra sus mayores dificultades en el diedro de la parte superior.

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