La oposición siria afirmó ayer que el veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU a una resolución que condenaba a Siria por la represión es una «licencia para matar con impunidad» mientras EEUU y sus aliados cargaban sobre ambos países la responsabilidad de lo que suceda en ese país a partir de ahora al considerar que su postura animará al régimen sirio a continuar con la represión. Pero Moscú y Beijing insistieron en que presionar en estos momentos a Damasco puede empeorar la situación y volvieron a apelar al diálogo y la negociación para hallar una salida a la crisis.

En la última jornada de la jornada de la Conferencia de Seguridad de Munich, Yemen, Qatar, Turquía, Túnez o Egipto cargaron contra el mal uso de la capacidad de veto de Rusia y China y contra la lógica subyacente en el bloqueo. EEUU, por su parte, volvió a atizar el fantasma de la guerra civil y amenazó con nuevas sanciones, mientras sus aliados europeos anunciaron el endurecimiento de las mismas. La Liga Árabe, por su parte, ha afirmado que su organismo continuará sus esfuerzos para lograr el fin de la violencia en Siria, e insistió en la importancia de que la solución política a la crisis se logre a través de la iniciativa árabe, sin que ese país pierda su soberanía.

El ministro ruso de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, defendió «la racionalidad y la objetividad» de su decisión y volvió a insistir en que la oposición armada que desata la violencia en Siria debe ser citada debidamente en la resolución igual que se exige al régimen sirio, lo cual no se se produjo el sábado. Lavrov tildó de «absolutamente provocativo» que no se planteara ninguna demanda a esos grupos y dijo que eso podría condicionar el diálogo político nacional en Siria.

«Hemos dicho reiteradamente que no estamos protegiendo a Al-Assad, sino al derecho internacional por la prerrogativa del Consejo de Seguridad de no interferir en los asuntos internos de un país», aseguró.

También manifestó su oposición a que la resolución incluyera «un amplio abanico de exigencias al Gobierno sirio» en tono de ultimátum.

Lavrov viajará mañana a Damasco para hablar con Al-Assad de la aplicación rápida de «reformas democráticas indispensables» de cara a lograr una estabilización rápida de la situación.

La agencia oficial china Xinhua, por su parte, indicó que el veto permitirá que «continúe la búsqueda de una solución pacífica a la crisis».

Mientras la oposición siria y algunas organizaciones como los Hermanos Musulmanes de Jordania llamaban a tomar medidas económicas y diplomáticas contra los países que bloquearon la resolución o, direc- tamente, al boicot a los productos rusos y chinos, el primer ministro de Túnez, Hamadi Jemali, exhortaba a todos los países a expulsar a los embajadores sirios, como hizo él la víspera.

Protestas generalizadas

Miles de sirios se manifestaron ayer ante sus embajadas en numerosas ciudades del mundo. También se llevaron a cabo protestas frente a las legaciones rusas o chinas. En la capital libia, Trípoli, dos centenares de personas invadieron la Embajada de Rusia y cambiaron su bandera por la de Siria, sin que se produjeran daños.

Los partidarios de Al-Assad también salieron a las calles, en Damasco, para expresar su apoyo al régimen y agradecer, ondeando banderas rusas, el apoyo de Moscú.

Mientras, en Siria continuó el goteo de muertes. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, reportó la muerte de 59 personas. Según esta fuente, a manos de las fuerzas leales a Al-Assad murieron 28 civiles: 23 en la región de Homs; dos en Daraya (suburbio de Damasco) y tres en la región de Idleb. Además informó de la muerte de 28 soldados del Ejército regular: 14 en la región de Idleb, siete en Houla (región de Homs), tres en Zabadani (cerca de Damasco) y cuatro en Deraa.