Suma un punto en su visita a El Molinón
Bienvenido sea el acierto de Lekic
El ariete serbio se estrenó como goleador en la presente edición liguera cuando más lo necesitaba el equipo, que se encaminaba a una nueva derrota. Los rojillos desperdiciaron el primer tiempo y solo hasta el gol del balcánico intentaron buscar la portería sportinguista.
SPORTIN 1
OSASUNA 1
Natxo MATXIN
Dejan Lekic correspondió a la confianza que últimamente ha depositado en él su técnico, José Luis Mendilibar, con un gol que sacó del atasco a una escuadra rojilla que caminaba hacia su tercera derrota en las cuatro últimas jornadas, pero que pudo salvar al menos un punto gracias al tanto del ariete serbio, quien se estrenaba en la competición liguera.
Un buen resultado si tenemos en cuenta que Osasuna no hizo méritos para obtener la victoria, algo que no consigue desde mediados de diciembre pasado, toda vez que tiró por la borda todo el primer tiempo -lo reconoció el propio míster- y solo cuando el Sporting replegó filas, fruto de su cansancio, y ya no había nada que perder para los rojillos, estos trataron de buscar la portería de Juan Pablo.
Se volvió a confirmar, una vez más, que a este equipo solo le espolea la adversidad en el marcador. Mientras se mantuvo el 0-0 en el electrónico, las combinaciones y llegadas fueron contadas, y cuando se consiguió igualar, en un momento en el que el Sporting necesitaba la bombona de oxígeno, tampoco se dio un paso al frente a la búsqueda del triple, sino que se conformó con el punto.
Cierto es que las inclemencias meteorológicas -cayó un considerable chaparrón, sobre todo en la última media hora, que dejó el campo muy pesado y levantado- no ayudaron al espectáculo, pero el encuentro sí que tuvo sus dosis de coraje más que de estilo, lo que precipitó numerosas imprecisiones y poca pausa, con unos anfitriones mejor aclimatados al estado del terreno de juego.
De hecho, fueron los de Iñaki Tejada los que mejor trato le dieron al balón, merced a su dominio en el centro del campo y a unos carriles muy activos que para sí los quisiera ahora mismo el conjunto encarnado. Especialmente presente estuvo la banda izquierda local, donde se le acumuló el trabajo a Marc Bertrán, protagonista positivo a falta de un cuarto de hora, y de donde vino el gol que encajaron los de Mendilibar.
La presión muy arriba de los rojillos se fue desbaratando conforme avanzaba el choque -Rivera y André Castro la superaban combinando con criterio-, lo que, ante el desgaste sin frutos, derivó en un apretar filas para tapar huecos y defender con más comodidad, pero también renunciar de manera clara al ataque. Bastaba ver lo que le costaba a Osasuna salir desde atrás con la pelota jugada para ser consciente de ello.
El Sporting perdonó y lo pagó
Sin embargo, esa aglomeración de centrocampistas no fue el antídoto con el que frenar el juego afilado de los asturianos, que recuperaban una y otra vez el balón sin el mayor esfuerzo. El premio a su apuesta llegó con el gol de Carmelo y los navarros se volvían a ver nuevamente forzados a jugar a remolque. El paso atrás que dieron los locales tras la estancia en vestuarios, mitad por la necesidad que tienen de sumar de tres en tres, mitad por el desgaste físico que realizaron en la primera parte, benefició a los intereses rojillos.
Se comenzaron a dejar entrever algunas de las intenciones de Mendilibar -puso en liza a Nino-, aunque sin que el equipo carburase del todo. Mientras el almeriense y Raúl García se afanaban en intentar inquietar a Juan Pablo, un agazapado Sporting metía el miedo en el cuerpo a la contra -llegaba con muchos hombres-, continuaba siendo el dueño y señor de las disputas, rechazos y segundas jugadas, amén de los lances a balón parado, todos ellos aspectos del juego en los que Osasuna suele destacar, a diferencia de ayer.
Es necesario recordar que antes de que se lograse el 1-1, los rojiblancos pudieron dejar el envite sentenciado al cuarto de hora de la reanudación, de no ser por la gran parada de Andrés Fernández a un duro disparo del omnipresente Carmelo y por el punto de mira desviado de Gregory, cuyo cabezazo a solo un metro de la línea de gol se marchó desviado de manera incomprensible, pero favorable a los intereses navarros.
Lekic se cobró tanto perdón de los anfitriones cuando consiguió llevar a buen puerto una de las diversas conexiones que mantuvo con Marc Bertrán. En medio del diluvio, los de Mendilibar mantuvieron el empate, aunque no sin cierto sufrimiento, al volver a perder el balón.
Tras el mal balance casero de las últimas tres jornadas, Osasuna necesitaba como mínimo puntuar en El Molinón para encarar con cierto optimismo el difícil compromiso que le espera este sábado en su feudo ante el Barcelona. Por eso, el punto, con el que se llegan ya a los 28, a dos de los puestos europeos y ocupando la novena posición, cobra mayor importancia.
Aunque la actitud de sus hombres durante la mayor parte del encuentro disputado en El Molinón no le acabó de gustar a José Luis Mendilibar. «Parece que no empezamos a jugar hasta que no estamos con el agua al cuello», indicó el técnico de Zaldibar.
En este sentido, no ocultó su disgusto al señalar que «en el primer tiempo ni lo intentamos», un periodo en el que «no hemos acertado ni con balón ni sin él». Una situación que varió después del paso por vestuarios, ya que «en la segunda al menos sí hemos querido hacer cosas», entre otras razones porque «tras el uno a cero, el Sporting se echó un poco atrás y nos permitió ganar terreno», reconoció el preparador vizcaino.
En su regreso a la que fue su casa, Sergio Fernández admitió que «tras el descanso corregimos lo que estábamos haciendo mal y hemos intentado darle la vuelta al marcador. El punto nos viene bien para quitarnos esa sensación rara de no sumar y romper el estancamiento que teníamos en 27 puntos».
Por último, el debutante Iñaki Tejada al frente del Sporting se lamentó de que «se perdieron oportunidades con el uno a cero» y apostó por «ver qué hemos hecho bien y qué mal», pensando en el siguiente partido, pues «soy el técnico hasta que me digan lo contrario». N.M.
Tras el helador chaparrón que tuvieron que aguantar sobre el césped de El Molinón, los jugadores rojillos, al igual que los sportinguistas y el trío arbitral, no pudieron ducharse con agua caliente. Esta circunstancia provocó las quejas de los pupilos de Mendilibar, aunque todos ellos pasaron por el agua fría antes de montarse en el autobús.
El juvenil de División de Honor cayó a la cuarta posición tras perder en Lezama (3-0) y verse superado por el Athletic y el Danok Bat, que también ganó. El resto de equipos ganaron -juvenil de Liga Nacional, cadete B e infantil A- en una jornada marcada por las inclemencias meteorológicas, ya que los encuentros del cadete A e infantil B se tuvieron que suspender.