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38º congreso del psoe

El PSOE cierra su Congreso fracturado, pero tendrá «primarias a la francesa»

El 38º Congreso del PSOE se cerró sin solventar la división interna. La Ejecutiva elegida por Alfredo Pérez Rubalcaba recibió el apoyo del 75% e los delegados, con 168 votos en blanco y 56 electores que no acudieron a las urnas. El sector de Chacón se ve poco representado. Las elección de dirigentes mantuvo unas tensiones que podrían seguir hasta las futuras «primarias a la francesa», en las que se elegirá, en un proceso abierto, a su aspirante a la Moncloa.

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Alberto PRADILLA | SEVILLA

«Ayer (por el sábado) me votásteis un 52%. Hoy, la nueva Ejecutiva ha obtenido un 80%. Son 30 puntos más de unidad». El nuevo secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, apeló ayer nuevamente a la cohesión interna durante su intervención de cierre del 38º Congreso del PSOE, que se ha celebrado en Sevilla. La dirección, que se hizo pública a primera hora de la mañana después de una maratoniana noche de reuniones en el hotel Renacimiento, incrementó el número de adhesiones respecto a la candidatura a secretario general. Pero incluso estas cifras son engañosas. En total, la Comisión Ejecutiva sumó 723 apoyos. El voto de castigo llegó en forma de sufragios en blanco, de los que se contabilizaron 168. Además, 57 delegados no acudieron a las urnas y otros ocho votos se contabilizaron nulos. Sobre un total de 956 compromisarios, la dirección de Rubalcaba obtuvo una adhesión del 75,6%, una de las más bajas de los últimos cónclaves, solo superada por el 73% que recibió Joaquín Almunia en 1997.

«Cuando me dirigí a vosotros en el discurso de la mañana (en referencia a su intervención del sábado), os hablé de dos palabras que, os dije, marcarían mi gestión si es que al final decidíais darme la confianza como secretario general del PSOE. Eran unidad y cambio. Hoy hemos empezado a escenificar aquí esas dos palabras: Unidad y cambio», aseguró Rubalcaba durante su discurso. Sin embargo, al igual que la víspera, el secretario general evidencia que tiene un largo camino para completar estos objetivos. Por ahora dispone de una tregua. Pero dentro de tres años podrían reavivarse las luchas intestinas después de que la ponencia política aprobada ayer aprobase la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno español a través de unas primarias «a la francesa», es decir, abiertas a los simpatizantes, en las que Carme Chacón podría intentar tomarse la revancha.

Todavía queda mucho para eso. Antes se celebrará una conferencia política que tendrá lugar en los meses previos al verano y que definirá las líneas marcadas por el Congreso.

Los nombramientos de Rubalcaba para formar la Ejecutiva no han ayudado a cohesionar el partido. La composición de la nueva dirección molestó a algunos sectores que apoyaron a Chacón, que fue derrotada únicamente por 22 votos y que terminó aceptando participar en el Comité Federal tras rechazar proponerse para la Ejecutiva.

La palabra «integración» ha sido la más pronunciada. Pero no todos le dan el mismo sentido. Tomás Gómez, líder de la federación del partido en Madrid, fue uno de los primeros en cuestionar la composición de la directiva con un «cada uno tiene un concepto de integración». En la misma línea, Juan Alberto Belloch, alcalde de Zaragoza, se quejó de que «la nueva Ejecutiva no es integradora». Otro de los que sale mal parado, Pere Navarro, primer secretario del PSC, recordó que él había realizado muchos esfuerzos en su propio cónclave para sumar sensibilidades.

Más recados al PSC

Eso sí, Navarro señaló que él, personalmente, votaría a favor del equipo de Rubalcaba, aunque matizando que no podía hablar en nombre del resto de compañeros. Probablemente, parte los sufragios en blanco llegaron desde las filas catalanas, que mantienen dos vocales y para quienes Rubalcaba también dejó otro recado. «Os dije ayer (por el sábado) y hoy (por ayer), quiero dirigirme a losmiembros de la Ejecutiva para resaltarlo, que ésta era una Ejecutiva en la que nadie se iba a sentir representante de ningún territorio ni de ninguna generación», señaló, en un momento en el que todavía se discute qué tipo de relación quieren mantener entre ambos partidos.

Andalucía era otro de los puntos calientes. José Antonio Griñán, presidente de la Junta, se había unido a la candidatura derrotada. Sin embargo, fue nombrado presidente del partido en sustitución de Manuel Chaves, lo que cabe interpretarse como una de las escasas concesiones de peso de Rubalcaba hacia los chaconistas. Aunque también hay que tomar en cuenta que falta algo más de mes y medio para los comicios en la comunidad y todas las encuestas vaticinan que el PSOE puede perder uno de sus últimos bastiones de poder. En estas circunstancias, ningunear a Griñán hubiese complicado más las cosas en una federación que apunta fractura pero que ayer trató de salir en bloque defendiendo a la nueva dirección. Para echar más leña al fuego, un barón como José Bono se hizo presente asegurando que «los que han perdido tienen que someterse».

Así lo ha tenido que pensar Rubalcaba, que se ha rodeado de fieles como Elena Valenciano, que ejercerá de vicesecretaria general u Óscar López, secretario de Organización. Hoy tendrán su primera reunión, que celebrarán en Madrid.

Primarias solo para candidato

Al margen de las trifulcas entre sectores, que han capitalizado los titulares durante el fin de semana, el congreso del PSOE también ha dado lugar a algunas propuestas. Las primeras, relacionadas a su funcionamiento interno. La elección del futuro aspirante a La Moncloa en unas primarias «a la francesa» es la más relevante. El modelo está todavía por definir, según explicó el secretario de Organización, Oscar López, que indicó que también se han aprobado la introducción de listas «parcialmente abiertas». Sin embargo, los votos de los simpatizantes a la hora de elegir líder solo sirven para el candidato al Gobierno español. Otras enmiendas, que habían abogado por repetir esta fórmula para votar el secretario general, fueron rechadas. López matizó que esta proposición podría volver a ser reformulada en el futuro.

Otros proyectos, como una agencia financiera pública o revisar el concordato firmado por el Vaticano, también se han incluido en la ponencia aprobada. Paradójicamente, la referencia laicista, lanzada el sábado durante el cara a cara con Carme Chacón, no fue mencionada ayer. En un discurso en el que primó ese mensaje centralista que ha caracterizado el discurso de Rubalcaba, este fijó las prioridades del Estado español con lo que denominó «las tres `es': empleo, Europa y equidad». De todos modos, tal y como recordó el nuevo líder, el papel del PSOE tras su debacle electoral está en la oposición. Para ello, Rubalcaba fijó tres principios: «consensuar, discrepar y confrontar» con el Gobierno que dirige de Mariano Rajoy.

Un puesto «ad hoc» para Patxi López

El lehendakari, Patxi López, ha sido uno de los grandes protagonistas del Congreso del PSOE. Su apoyo a la candidatura de Alfredo Pérez Rubalcaba fue recompensado con el puesto de secretario de Relaciones Políticas, un cargo creado «ad hoc» para que López pueda compatibilizarlo con la Lehendakaritza. López, que recibió la mayor ovación durante el acto de clausura del Congreso, defendió ayer que el cargo tiene como objetivo «reconocer el papel y el peso político del socialismo vasco». El lehendakari reconoció que las críticas podrían llegarle desde Euskal Herria por las posibles incompatibilidades, pero aseguró que su prioridad es el Gobierno de Lakua.

Junto a López, los vascos que se unen a la nueva Ejecutiva son Eduardo Madina, que repite como vocal y que ya ejerce como «número dos» en el Congreso español, y Juan Moscoso, diputado por el PSN y portavoz de la candidatura de Rubalcaba, que será secretario para la Unión Europea.

Rodolfo Ares, muy cercano a Rubalcaba, abandona la Ejecutiva pero seguirá en el Comité Federal, donde también estarán Ramón Jáuregui, Isabel Celáa, Txiki Benegas, Susana Corcuera por parte del PSE y Elena Torres por el PSN. A. P.

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