GARA > Idatzia > Iritzia> Paperezko lupa

Maite SORO | msoroa@gara.net

El juez estrella... do

El Tribunal Supremo ha acabado con la carrera del juez que más favores políticos ha hecho y ayer los periódicos de Madrid contaban la película en función de sus filias y fobias hacia el personaje.

Así, para «La Razón», Garzón es un «juez indigno» y la sentencia «debe celebrarse como el triunfo de la Ley, que obliga a todos por igual, y como una victoria del Estado de Derecho, que se fortalece al expulsar de su seno a los servidores indignos». Pues ya podían haberse dado cuenta antes de su indignidad. En este país nos habríamos ahorrado muchos disgustos. Pero ayer era el momento de las pullas -aunque a algunos no les hubiera importado utilizar también una puya-: «con su conducta indigna y su estilo chapucero de instrucción, no solo ha cavado su tumba profesional, sino que ha dañado gravemente la causa contra la corrupción del caso Gürtel». Ya, y eso les molesta, que se dañe la causa contra sus amigos... claro.

Por su parte, «Abc», algo más comedido en la euforia, señalaba que Garzón ha sido «víctima de sí mismo. Creyó que el fin justificaba los medios y rompió una regla sagrada del Estado de Derecho, convirtiendo la investigación en un proceso inquisitorial». Sí, bueno, pero no era la primera vez que lo hacía.

En el otro lado del ring aparecen los amigos del juez. En «El País», en el editorial lamentaban que «ha prevalecido, en cambio, la [hipótesis] más disparatada, absurda e incluso ofensiva: que buscó desbaratar `las estrategias de defensa' hasta el punto de colocar `el proceso penal español al nivel de los sistemas totalitarios'. Pero era la que servía para alcanzar el objetivo buscado: anular a Garzón como juez». Pues la verdad es que decir que el proceso penal español está al nivel de los sistemas totalitarios a servidora no le parece ni absurdo ni disparatado. Donde tampoco estaban contentos era en «Público», donde hacían un enorme despliegue y su jefe de Opinión, Marco Schwartz, sostenía que «de lo que se trata es de destruir al juez que destapó la corrupción del PP y osó investigar los crímenes del franquismo. Con la mirada puesta en la inminente sentencia por esta causa, los «siete del Supremo» han intentado difamarlo equiparando su orden de las escuchas a `prácticas de regímenes totalitarios'. No les da vergüenza». ¿Vergüenza? La que no ha tenido él para cometer sus tropelías. Servidora se acuerda de las amigas y amigos que ha mandado a la cárcel. Ahora no podrá causar tanto daño.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo