La ola de frío polar que recorre Europa sigue matando en el este del continente, donde cada vez son más las localidades aisladas y las vías, fluviales y terrestres, intransitables a causa de la nieve y el hielo. El número de muertos se acerca ya a los seiscientos, sobre todo en el este, incluida toda Rusia, un balance que puede superarse este fin de semana si se cumplen las previsiones meteorológicas que anuncian temperaturas aún más bajas aunque menos precipitaciones.

En Rumanía, el país más afectado junto a Ucrania -cuyas autoridades decidieron no dar más datos sobre fallecidos- y Polonia, se registraron trece nuevas víctimas en la madrugada de ayer y la acumulación de nieve superaba los cuatro metros en algunos lugares, donde decenas de casas quedaron prácticamente enterradas y sus habitantes tuvieron que salir por las ventanas o cavar túneles para abandonar sus viviendas.

El Danubio, el segundo río más largo de Europa, seguía congelado a lo largo de cientos de kilómetros a su paso por Austria, Hungría, Croacia, Serbia y Bulgaria, paralizando toda la actividad en la principal vía fluvial comercial en Europa. El 100% de sus 558 kilómetros por territorio serbio estaban cubiertos por bloques de hielo de hasta 50 centímetros de espesor. Las autoridades de Belgrado anunciaron que, de momento, no utilizarán explosivos para eliminar los bloques de hielo.