El pasado 28 de julio, Osasuna, Hoffenheim y Jukka Raitala llegaban a un acuerdo para la cesión del jugador al cuadro rojillo. José Luis Mendilibar necesitaba cubrir el hueco dejado por Natxo Monreal y este joven internacional finés parecía, pese a su carácter marcadamente defensivo, una buena opción.

Lo siguió pareciendo con el inicio de la temporada, que Raitala estrenó en el once titular. Aunque no duró demasiado. Tras completar los encuentros frente a Atlético y Sporting, el lateral empezó a convertirse en el primer sustituído por su técnico, en ocasiones sin llegar siquiera al tiempo de descanso. Un descenso en su trayectoria que no tardó en dar otro paso. Raitala se quedaba en el banquillo en el choque frente al Granada y ni siquiera entraba en la convocatoria para el derbi frente al Athletic. El último peldaño lo descendía el pasado mes de noviembre. Con el finlandés lesionado, José Luis Mendilibar tiró del filial y alineó a Eneko Satrustegi en el Santiago Bernabéu. Uno y otro alternaron en las jornadas posteriores, pero desde la visita al Málaga, el navarro se adueñó del puesto. Y así transcurrieron siete jornadas, en las que Raitala no solo no disputó un solo minuto, sino que ni siquiera se sentó en el banquillo en más de una ocasión.

Hasta el pasado viernes, cuando Mendilibar sorprendía a todos dejando a Satrustegi fuera de la lista. Raitala volvía, no ya a la convocatoria, sino al once titular. Y nada menos que frente al Barcelona. Teniendo en cuenta, además, que el encuentro acabó con victoria rojilla, el finlandés es estos días uno de los hombres más felices del mundo.

Sin peros

Ha vuelto a tener su oportunidad y no la piensa soltar. «Lo más importante fue la victoria, sobre todo porque ganamos al mejor equipo del mundo -admitía ayer el lateral, que se atrevió a ofrecer su rueda de prensa en castellano, aunque el traductor le echó algún que otro cable-. Pero tambien fue importante para mí». Y es que han sido muchas semanas de espera para Raitala que, como «todos los futbolistas, quería jugar», aunque no pone peros a las decisiones de Mendilibar. «El míster es el que sabe quén tiene que jugar y en el fútbol pasa eso, unos días juegas y otros no».

El futbolista, además, cree que se ha encontrado con un gran competidor -«es un jugador y entrena muy bien», asegura respecto a Satrustegi-, lo que encarece el puesto, aunque es positivo para el equipo. «Es importante para el equipo que los dos estemos fuertes».

Pero después de «entrenar fuerte y esperar mi oportunidad», Raitala no piensa soltarla de nuevo. Sobre todo porque ahora se ve en ventaja respecto al principio de temporada, cuando los problemas de comunicación añadía dificultad a su trabajo. «Creo que ahora ya puedo jugar y entrenar como uno más. Poco a poco entiendo qué quiere el míster de mí y qué tengo que hacer». Mendilibar dirá si es cierto con su próxima alineación.